Durante décadas las tienditas de la esquina han tenido gran importancia en diferentes ciudades y países. A pesar de la pandemia miles de personas que trabajan a diario en éstas se niegan a sucumbir.

Y es que la vida no sería la misma sin las fruterías , recauderías y Cada una es vital para nuestro bienestar, no sólo al proveernos de diversos productos, sino al ser una fuente empleo para muchas familias y ser parte de las cadenas productivas. Por ello, ahora más que nunca, el consumo local es fundamental. Cada vez que compramos en un establecimiento cerca de nuestra casa estamos apoyando a diversas familias, como señala Evangelina Jiménez, dueña de la tiendita “La Orquídea”.

“Nuestro negocio se llama La Orquídea, es una flor que siempre me ha gustado. Desde mis abuelos, hemos sido comerciantes en venta de frutas y verduras. Este proyecto empezó porque mi esposo se quedó sin trabajo y empezamos comprando poca verdura; los mismos clientes iban pidiendo más y más cosas entonces terminamos haciendo la tienda”.

¿Cuál es la importancia del consumo local en esta pandemia?
¿Cuál es la importancia del consumo local en esta pandemia?

En México existen 1 millón doscientos mil pequeños comercios entre fruterías, misceláneas o verdulerías como la de Evangelina; si apoyamos el consumo de estos productos mexicanos, estamos contribuyendo a que cada tiendita sigue siendo el eslabón de una gran cadena de trabajo.

“Las tienditas son cadenas de producción bien planeadas y donde se busca reducir los desperdicios y maximizar los recursos y las utilidades para beneficio de todos los integrantes de toda la cadena”, comenta José Cacho, Vicepresidente de Cadenas Productivas del Consejo Nacional Agropecuario.

¡Hagamos Esto Juntos!

Ir a la esquinita de la tienda en tiempos de pandemia es un gran acto de amor, al involucrar la compra de pequeños productores que buscan mantenerse en pie frente a la crisis que atravesamos.

Para enfrentar el tema del distanciamiento social de logística y comercialización, La Industria Mexicana de Coca-Cola y otras empresas de la Industria de Alimentos y Bebidas impulsan esas cadenas productivas tanto porque sus productos benefician a toda la cadena de valor como por el apoyo que dan a las tienditas como menciona José Cacho.

“Lo ideal es ir desarrollando proveedores regionales o locales porque, al final, la riqueza va quedando en la misma localidad o en el mismo país y, entonces, se genera un círculo virtuoso entre todos los compradores y vendedores: acaban ganando más, les va mejor”.

Cabe mencionar que la intención de la iniciativa de es generar una gran comunidad, misma que comenzó a surgir entre los comerciantes a raíz de la pandemia, que juntos han logrado impulsar el consumo local.

“Con lo de la pandemia la gente que trabaja en el campo no salía a cosechar, sí hubo un momento en qué decíamos pues ¿qué va a pasar? pues porque no hay producto, no hay qué comprar. Aquí hay unos vecinos que se dedican a hacer salsas, tortillas a mano; muchos jóvenes que estaban en la universidad están haciendo que los pays, los panqués, vienen los dejan aquí y así nos apoyamos los unos a los otros. Este negocio es una fortaleza”, añade Evangelina Jiménez.

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