Tras la peor crisis en su historia reciente por la pandemia, la industria hotelera mexicana captó el menor nivel de capital foráneo de los últimos 18 años.
La inversión extranjera directa (IED) canalizada a hoteles y moteles en el país fue de apenas 11.8 millones de dólares entre enero y marzo de 2021, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía (SE).
Se trata de la menor inyección de capital en un primer trimestre desde 2003 y también significa una novena parte de los 106.1 millones que el sector captó durante el mismo periodo del año pasado, cuando recién comenzaban las restricciones por el Covid-19.
Tres cuartas partes o 75% de la inversión total llegó al estado de Quintana Roo, 14% a la Ciudad de México y 11% se repartió por el resto del territorio nacional.
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Considerando que, en promedio, cuesta 75 mil dólares construir una habitación de hotel en el país, “desde cero hasta llave en mano”, esta cifra equivale a edificar apenas 157 cuartos durante los primeros tres meses de 2021, explica Adolfo González, socio de la cadena Hoteles Casa Real.
A este ritmo, desarrollar un destino como la Riviera Maya, en Quintana Roo, cuya oferta de alojamiento rondaba las 51 mil habitaciones en marzo pasado, tomaría 77 años.
“Los extranjeros no están invirtiendo debido a la menor ocupación hotelera y porque el gobierno federal sólo se ha encargado de aventar pedradas al sector”, dice González.
Cuenta que, por incumplir cuotas obrero-patronales ante la parálisis del sector, el IMSS planea embargar este lunes uno de sus hoteles en la capital de Zacatecas, luego de haber intervenido otro de sus establecimientos que se ubica en Celaya, Guanajuato, a finales de 2020.
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Tras tocar un máximo de 61% en 2017, el alojamiento tradicional a escala nacional comenzó a mostrar una tendencia a la baja en años siguientes y la pandemia empeoró la situación.
En 2020, la ocupación hotelera se hundió a 26% en los 70 principales destinos del país, menos de la mitad de lo obtenido en 2019, cuando se registró una tasa de 60%.
Se trata del menor nivel de actividad hotelera del que se tenga registro en el sistema de monitoreo DataTur, de la Secretaría de Turismo (Sectur), cuya serie comparable inicia en 1992.
“Están regalando los hoteles en el país. Conozco a un grupo español al que le vendieron un hotel, ubicado en la Riviera Maya, a 33% de su valor real. Si a mí me dan la mitad por mis hoteles yo los vendo”, dice González.
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Como parte de un paquete legislativo de apoyos a la llamada industria sin chimeneas, el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) propuso hace un año levantar las restricciones que impiden a los extranjeros adquirir propiedades para vivienda que se ubiquen en las playas del país.
Critican piso disparejo
A diferencia de los hoteles, la inversión extranjera en casas de huéspedes y en departamentos amueblados con servicios de hotelería sumó 357 millones de dólares tan sólo entre enero y marzo de este año.
Se trata de la mayor inversión destinada a estos inmuebles desde que hay información comparable en la Secretaría de Economía, a partir de 1999.
El uso más extensivo de plataformas digitales para contratar servicios de hospedaje, como Airbnb y HomeAway, ha contribuido a que menos turistas se alojen en hoteles, advirtieron directivos de las empresas consultados por el Banco de México (Banxico) en 2019, antes de la pandemia.
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El presidente del CNET, Braulio Arsuaga Losada, ha dicho varias veces estar preocupado porque el alojamiento tradicional compite en un piso disparejo frente a estas plataformas.
Mientras que, en un año normal, los hoteles reportaban una ocupación promedio de 60%, la tasa fue de apenas 26% en 2020.
En cambio, “las plataformas digitales tuvieron una ocupación de 80% y su tarifa subió 94%”, informó Arsuaga Losada en febrero pasado.