Luego de tres trimestres seguidos a la baja, la pobreza laboral en el país repuntó entre julio y septiembre de este año, sobre todo en Veracruz y Sinaloa.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informó que 40.7% de los trabajadores tuvieron ingresos escasos para adquirir la canasta alimentaria.
Significa un incremento con respecto al periodo de abril a junio pasado, cuando 39.9% de los trabajadores se encontraban en esta situación y tuvieron que buscar otras fuentes de recursos, como las remesas o programas sociales, para poder llevar el pan a su hogar.
Entre los productos que más subieron destaca el jitomate, seguido de la cebolla y la tortilla de maíz, considerado este último como el principal alimento de mexicanos, pues 98.6% de la población la incluye en su dieta.
Le siguió Sinaloa, donde subió de 27.5% a 33.5%; y Chiapas, con aumento de 65.3% a 68.5%, detalló el consejo que encabeza el doctor José Nabor Cruz.
En contraste, Quintana Roo y Baja California Sur, las dos entidades con economías más relacionadas al turismo, destacaron por ser donde más se redujo la pobreza laboral entre julio y septiembre, cuando se dio el periodo vacacional de verano. La pobreza laboral cayó de 34.9% a 30.6% en el primer estado, y de 23.8% a 19.6% en el segundo.
Identificada por ser la segunda entidad más poblada del país, la Ciudad de México también destacó por la menor pobreza laboral, la cual pasó de 40.4% a 37.9%.
El Coneval informó que, en promedio, el ingreso laboral a escala nacional fue de 6 mil 391 pesos al mes. Los hombres percibieron 6 mil 916 pesos y las mujeres 5 mil 582, es decir, el género masculino ganó aproximadamente 1.2 veces más que el femenino.
Al mismo tiempo, las personas que laboran en el sector formal de la economía obtuvieron ingresos por 9 mil 211 pesos entre julio y septiembre, más del doble en comparación con los 4 mil 405 pesos percibidos por los trabajadores que se desempeñan en la informalidad, mismos que, además de ganar menos, no cuentan con seguridad social ni contrato.
En este periodo, las personas que trabajan en municipios indígenas ganaron 6.1% menos, mientras aquellas que laboran en el resto del país lograron un aumento en su ingreso de 0.3%, una vez descontada la inflación.
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