México y Rusia ampliaron sus lazos comerciales a casi siete meses de que inició el conflicto bélico, lo que causó que varios países aplicaran sanciones contra la nación que gobierna Vladimir Putin.
En contraste, se observa una caída en el intercambio comercial que había entre los rusos y los estadounidenses.
Datos de la Secretaría de Economía y Banxico muestran que el valor de las importaciones que realizó México de productos rusos creció 20.9% durante la primera mitad de este año, mientras que las exportaciones de mercancías mexicanas apenas aumentaron 0.4%.
En total, el comercio entre los dos países sumó 2 mil 493 millones de dólares, mientras en el mismo periodo del año pasado fue de 2 mil 220 millones.
Los principales productos rusos que México importa de Rusia son la urea, abonos minerales químicos, aleaciones de aluminio, trigo y planchón.
En tanto, México lo que más exporta son autopartes, como cajas de velocidades automáticas, matas de cobre, equipo de telecomunicaciones, tubos de perforación y cerveza.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) explicó en su más reciente estudio de política comercial de Rusia que los combustibles minerales representaron casi la mitad de las exportaciones totales de mercancía del país europeo en 2020.
En segundo lugar están las manufacturas, metales comunes seguido por productos agrícolas como trigo, aceite de girasol, cebada, cacao, chocolate, maíz, productos de panadería, cárnicos y azúcar, entre otros.
Por otro lado, la mayor parte de sus importaciones son la maquinaria, incluyendo insumos eléctricos, productos químicos, equipo de transporte y algunos productos vegetales.
El intercambio comercial de Rusia se concentra sobre todo con la Unión Europea, China, Japón y Corea.
Considerado el país más grande del mundo por extensión territorial, Rusia envió 3.3% del total de sus exportaciones hacia Estados Unidos durante 2020, así como 5.7% de sus importaciones llegaron de ese país.
Desde marzo de 2020, Rusia se enfrenta a considerables perturbaciones de la relación de intercambio, que se absorben mediante la depreciación del rublo y el ajuste de las importaciones; sin embargo, las exportaciones de productos no energéticos se han mostrado resilientes a la crisis provocada por la pandemia, señaló la OMC.
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