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Si usted tiene o está pagando una casa o un automóvil, posee refrigerador, lavadora, computadora, teléfono, dispone de acceso a los servicios de salud, educación y vacaciona cuando menos una vez al año; es decir que cuenta con todos los componentes de una vida urbana moderna, pero a la vez teme perder lo logrado con la crisis actual, es muy probable que pertenezca a las llamadas “clases medias”.
La crisis económica generada por la pandemia del Covid-19 ha impactado el nivel de vida de la población con menores recursos, pero también a la de ingresos medios, que ve en riesgo los beneficios de su estatus social, así como disminuidas sus percepciones y poder de compra en medio de una gran incertidumbre.
El cierre de establecimientos y las medidas de confinamiento por la emergencia sanitaria sacaron del mercado laboral a 12 millones de personas y, de las 32.9 millones que conservan su empleo, 46% vieron recortados sus ingresos, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Luego del primer impacto, el mercado laboral se recupera de forma moderada, pues a septiembre aún quedaban 4.7 millones de personas sin trabajo, a pesar de la reapertura económica. Además, una parte de los que han recuperado el empleo lo han hecho en condiciones de informalidad, subocupación o con menor salario, lo que afecta el ingreso y el consumo de los hogares, dice Gabriela Siller, directora de análisis de Banco Base.
De acuerdo con el estudio Bajo presión: la disminución de la clase media, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a finales de 2019, para que los mexicanos pertenezcan a ese nivel socioeconómico se requieren ingresos mensuales en un rango de 6 mil 260 a 16 mil 700 pesos.
Al evaluar los efectos que la pandemia puede generar, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) estima que el número de personas cuyo ingreso es insuficiente para adquirir una canasta alimentaria puede aumentar entre 6.1 y 10.7 millones.
Lo anterior puede arrastrar a la baja a la población con ingreso medio, es decir que la crisis podría provocar que este segmento, que no era pobre ni vulnerable, tenga afectaciones que la lleve a encontrarse en alguna de esas condiciones, expone el Coneval.
Impacto económico
En México, la clase media ha experimentado crisis financieras desde la década de los 70. No es casualidad que su actitud política se incline a ser conservadora y rechace cualquier alternativa que altere su seguridad, dicen Luis de la Calle y Luis Rubio.
Eventos catastróficos en un hogar, como el fallecimiento del principal proveedor, una enfermedad grave (como el Covid-19) o una recesión económica profunda (como la actual) pueden ser factores decisivos para que ese segmento incurra en pobreza, advierte el Inegi en un estudio sobre las clases medias.
Éstas se han visto afectadas porque parte de las personas que tenían un empleo formal no lo han recuperado o ahora laboran en la informalidad, con un menor ingreso. Otros han encontrado trabajo en el sector formal, pero con un menor salario o cambiaron el estatus de permanente a temporal, explica Héctor Magaña,
profesor del Tec de Monterrey, campus Estado de México.
Por otro lado, el ingreso de un segmento de las clases medias depende de negocios propios que han cerrado temporalmente o quebraron. “La falta de apoyos a estos negocios se traduce también en menores ingresos para los mismos, y esto pega directamente en el poder de compra de la clase media”, agrega el experto.
La crisis afecta los niveles de bienestar de las clases medias en aspectos como la vivienda, al no tener la certeza de poder pagar la renta del mes o la hipoteca, o en términos del ahorro, al verse en la necesidad de disponer de ellos por la emergencia, comenta Raymundo Tenorio, profesor emérito del Tec de Monterrey.
“También han visto deteriorado su bienestar en términos de la zozobra que viven a diario las familias de las clases medias, por no poder enfrentar el gasto del día o en alimentos, la reposición del gas doméstico, el recibo de luz. O se han visto en la necesidad de cancelar servicios como el internet o la TV de paga”, agrega.
Recuperación, larga y difícil
El reto de las clases medias en el contexto de la pandemia es mantener una fuente de ingreso, aguantando incuso una rebaja en el sueldo, pero además buscando trabajar más horas y emprender desde casa, opina Tenorio.
“Muchas familias de las clases medias se han visto en la necesidad de emprender, haciendo arreglos florales, contestando encuestas, dando clases por internet o haciendo comida”, dice.
La recuperación de los hogares de ingreso medio avanzará conforme haya más certeza sobre la vacuna contra el Covid-19, lo que va a permitir la reapertura de algunos sectores que han permanecido muy restringidos, menciona Héctor Magaña.
Sin embargo, será hasta principios o mediados de 2021 cuando las condiciones económicas de buena parte de los hogares con ingresos medios mejoren en comparación con las de este año, coinciden los especialistas.