La posibilidad de trabajar desde casa o laborar cuatro días y descansar tres no están contempladas en la legislación mexicana y tratados internacionales, un round más que el Covid-19 asesta al mercado en busca de esquemas más flexibles para el empleo y para salvaguardar las plazas, coincidieron expertos.
“En la Ley Federal del Trabajo se establece que no puedes poner a trabajar a una persona por más de ocho horas al día ni más de 48 horas a la semana.
“Y se establece la variante de horas extra, que considera que si una persona trabaja más de ocho horas en un día se tienen que pagar las dos siguientes horas al doble y la tercera hora de ese día al triple”, explicó Carlos Rosas Landa, abogado experto en materia laboral de la Universidad La Salle.
Por si fuera poco, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tiene dos convenios, de los cuales México forma parte y han sido ratificados por el Senado, por lo que son obligatorios para el país: el Convenio Primero y el Convenio 30.
El empresario Carlos Slim Helú ha planteado reducir la jornada laboral a tres o cuatro días de trabajo con cuatro o tres días de descanso.
Su propuesta contemplaba dos turnos de trabajo, con el fin de que un grupo laborara de lunes a miércoles y otro de jueves a sábado.
Este esquema, de acuerdo con Slim Helú, elevaría la productividad, evitando recortes de personal y aumentando la edad de jubilación hasta los 75 años.
En su momento, comentó que este plan se aplicaba a empleados de Telmex que tenían mucho tiempo laborando en la empresa.
Una fórmula similar se realizó en Microsoft Japón en agosto pasado, cuando los empleados trabajaron cuatro días a la semana, y descansaron de viernes a domingo.
Los resultados revelaron que las ventas crecieron 40% y la empresa ahorró 23% en electricidad y 59% en impresión de documentos.
Con la nueva normalidad, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, acordó con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) horarios distintos de trabajo y contemplan el esquema cuatro por tres.
Ante el regreso paulatino de labores, la jefa de Gobierno comentó que algunas empresas han aceptado el esquema cuatro por 10, y otras usarán el de cuatro días de trabajo y tres de descanso cuando la capital llegue a semáforo naranja.
Para Germán de la Garza de Vecchi, socio líder de Servicios Laborales en Deloitte México, esta situación es el clásico supuesto en el que la realidad supera a la ley.
Los esquemas propuestos por gobiernos y empresarios son viables en la medida en la que no estén por encima de los máximos legales permitidos para una jornada diaria y no haga menoscabo a derechos laborales adquiridos.
Calificó como planteamiento más político que legal el regreso a trabajar en la Ciudad de México bajo la modalidad de cuatro días laborales con 10 horas diarias.
También mencionó que las nuevas formas de laborar, como el trabajo en casa, son un reto.
“El home office es funcional, favorece la eficiencia porque evita el traslado, pero hay una serie de complicaciones emparejadas a ello, como la salud mental y el tiempo de las jornadas de trabajo”, destacó De la Garza de Vecchi.
En el documento Cómo gestionar el lugar de trabajo durante la crisis de la Covid-19: Una Guía para los Empleadores, la OIT propone escalonar las horas de trabajo para reducir la posible congregación del personal en espacios comunes.
“Los horarios de almuerzo y otros descansos también deben ser escalonados, siempre que sea posible, las horas de inicio y final de la jornada no deberían coincidir con las horas punta”.
Xóchitl Rosas, directora de la práctica de talento y transformación en Everis México, manifestó que el tema regulatorio es un punto clave para mantener la continuidad de un negocio, considerando los temas como el cuidado de colaboradores y las nuevas normas de colaboración.
La ejecutiva agregó que existen brechas en la habilitación de los nuevos ecosistemas de trabajo, por lo que se debe analizar la ley, porque este tipo de colaboraciones serán parte de nuestro futuro.