En la última década el costo de envío de remesas ha bajado considerablemente, gracias a internet y la estabilidad del tipo de cambio, destacó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, advirtió que aún está por encima de 3% del monto transferido, proporción planteada como meta por los integrantes del Grupo de los Ocho (G8).
Los migrantes deben pagar una cuota a una empresa o banco por el servicio de la transferencia de dinero a sus familiares, y por lo general es un porcentaje del monto enviado por cada giro.
Un documento de trabajo elaborado por especialistas del organismo que preside Kristalina Georgieva mostró que los bancos aún mantienen las tarifas más altas del mercado frente a las empresas de envío de dinero.
El FMI analizó la evolución de lo que representa para muchos migrantes, en términos de pago de tarifas, mandar dichas divisas a sus países de origen.
Con datos a 2020, encontró variaciones de entre 1% y 25% por el envío de 200 dólares en promedio en los 365 corredores de remesas que incluyó.
Hay evidencia de que los pagos en efectivo atraen tarifas más altas, mientras que por internet el servicio es más barato.
Concluyó que se requiere una competencia más fuerte para disminuir más los costos y digitalizar más las remesas.
El compromiso
En 2009, los países miembros del G8 se comprometieron públicamente a reducir el costo de transferencia de los llamados “migradólares”. Este compromiso se conoce como el objetivo 5x5 firmado por el G8.
Más adelante se reforzó con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en cuyas metas se planteó reducir para 2030, al menos a 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes y eliminar en los corredores de remesas los costos superiores a 5%.
El Banco Mundial (BM) también coincide en que ahora ya no es tan cara la tarifa en comparación con los últimos 10 años, pero aún no se alcanza la meta.
De acuerdo con datos del BM, en 2020 el costo mundial promedio por transferir 200 dólares se mantuvo en 6.5% del monto enviado, lo que representa una tarifa elevada que duplica con creces la meta de 3% que se establece en los ODS.
Con 4.9%, Asia meridional tuvo los costos promedio más bajos para el envío de remesas, en tanto que los más altos siguieron registrándose en África, al sur del Sahara, con 8.2%.
De Estados Unidos a México se cobra en promedio a los paisanos por transacción 5.14% del monto que giraron, ante 7% en 2011.
No obstante, esa proporción está por debajo del promedio de lo que cuesta hacer una operación electrónica de esta naturaleza en América Latina, con 5.6% del monto transferido.
El organismo enfatizó que, en muchos corredores de remesas más cortos, los costos siguen siendo exorbitantes.
Señaló como ejemplo que enviar dólares a Cuba supera 9%, mientras que a Japón y Brasil también es costoso, con 11.5%.
De acuerdo con el BM, para preservar los flujos de las remesas y reducir los costos se deben poner en acción esfuerzos para respaldar la infraestructura necesaria y aumentar la competencia.