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Quito, Ecuador.— La corrupción es uno de los principales lastres para el desarrollo económico de los países de América Latina, con un alto costo para la sociedad, principalmente para las poblaciones más vulnerables, reconoció el presidente ejecutivo de CAF, banco de desarrollo de la región, Luis Carranza Ugarte.
Durante la inauguración de la conferencia Gobernanza, integridad y transparencia para el desarrollo, dijo que aunque en años recientes se lograron avances contra el problema, aún es persistente.
De acuerdo con una encuesta realizada, uno de cada cuatro latinos se sintió presionado para realizar el pago de un soborno; a tres de cada cinco no les preocupa el tema de la corrupción, y cuatro de cada cinco creen que los sistemas judiciales no castigan este tipo de actos.
La directora principal para América Latina y miembro del comité ejecutivo del Foro Económico Mundial, Marisol Argueta, comentó que el problema no es exclusivo de la región. Algunos cálculos muestran que el costo que genera este fenómeno es de 5% del PIB mundial.
El director regional para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Luis Felipe López-Calva, coincidió en que lo favorable es que ha crecido la intolerancia contra el problema y se ha avanzado para entender y atacarlo en la región.
Involucra a todos
Aunque la corrupción está más asociada al sector público, sobre todo en gobiernos estatales y municipales, lo cierto es que se extiende a todos los ámbitos, incluso en el empresarial, del cual se destacó el caso más emblemático de los últimos años: Odebrecht.
Alberto Precht, miembro de la junta directiva de Transparencia Internacional, dijo que el caso de corrupción de la constructora brasileña tuvo la más alta sofisticación, tan parecida como el Cartel de Sinaloa, pues crearon todo un sistema de internet y un banco para llevar a cabo las operaciones ilícitas.
Añadió que al sector privado le duele que lo liguen con este cáncer, pero no está ajeno a este asunto: “Es difícil admitir que en la familia hay un miembro corrupto”.
La investigadora del Colmex, María Fernanda Somuano, explicó que es muy alta la percepción que tienen los ciudadanos de la corrupción como uno de los principales problemas a combatir, con 10%, sólo por debajo de la delincuencia y el crimen, y de los temas económicos.
Sin embargo, en países como México es tanta la expectativa de abatir la práctica, que el mensaje anticorrupción llevó a Andrés Manuel López Obrador a ganar las elecciones presidenciales en 2018.
Alinear políticas
Aunque los países han hecho reformas legales para tipificar la corrupción como delito y sancionarlo, se deben alinear otro tipo de políticas públicas para prevenir el fenómeno, expuso el vicepresidente de Conocimiento de CAF, Pablo Sanguinetti.
Las instancias de auditoría y fiscalización deben fortalecerse, agregó, y por ello es importante desarrollar capacidades de investigación y administración de justicia.
Sanguinetti enlistó también la relevancia de fomentar sistemas electorales competitivos y transparentes, profesionalizar el servicio civil y aumentar el atractivo de la función pública.
Consideró trascendente la participación de la ciudadanía, con un rol más vigilante, la cual puede convertirse en una línea más de defensa contra los desvíos de funcionarios o agentes involucrados en algún acto de corrupción.
