El Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló que el confinamiento voluntario también contribuyó a la recesión , conducta que probablemente persistirá como medida precautoria por el miedo al contagio de Covid-19 .
En un análisis que dio a conocer esta mañana, consideró que esto debe ser tomado muy en serio por las autoridades que tienen puestas las expectativas en la reapertura y desconfinamiento para la recuperación de la economía .
De acuerdo con el documento en el que se aborda el impacto del gran confinamiento , se pone de manifiesto que la recesión se debió también en gran medida a las personas que se abstuvieron por decisión propia de la interacción social por temor a contraer el nuevo virus.
“Por ende, es poco probable que el desconfinamiento genere un estímulo económico contundente y sostenido si las infecciones aún son elevadas, ya que el distanciamiento social voluntario probablemente persistirá”, refirió.
El reporte fue acompañado de los comentarios de los economistas para las Américas y del departamento de Estudios del FMI, Francesco Grigoli y Damiano Sandri, respectivamente.
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Señalaron que la fuerte contribución del distanciamiento social voluntario a la reducción de la movilidad y los anuncios de empleo debería servir a las autoridades de advertencia contra el desconfinamiento mientras las infecciones son aún elevadas con la expectativa de reenergizar la actividad económica.
Abordar los riesgos sanitarios parece ser una condición necesaria para una recuperación económica vigorosa y sostenida, establecieron los expertos.
Para elaborar el análisis se revisó información de 128 países sobre la forma en que se hicieron los confinamientos obligatorios y el distanciamiento social voluntario. Destacaron que contribuyeron en igual medida a la disminución de la movilidad durante los tres primeros meses de la epidemia en cada país.
Encontraron que la contribución del distanciamiento social voluntario fue mayor en economías avanzadas, donde las personas pueden seguir con sus labores desde casa con más facilidad o incluso permitirse dejar de trabajar aprovechando el ahorro personal o las prestaciones de la seguridad social.
Por el contrario, los habitantes de los países de bajo ingreso a menudo no pueden optar por esta opción porque no cuentan con los medios financieros para sobrellevar una pérdida pasajera del ingreso.
Analizaron los datos sobre las vacantes de trabajo, que reveló algo parecido: tanto los confinamientos como el distanciamiento social voluntario contribuyeron sustancialmente a la caída de la demanda de mano de obra.
El análisis revela que los confinamientos pueden reducir sustancialmente las infecciones, concluyeron. Determinaron que los efectos son particularmente marcados si los confinamientos se instituyen en las primeras etapas de la epidemia de un país.
Señalaron que los países que adoptaron confinamientos cuando los casos de Covid-19 aún eran bajos, experimentaron resultados epidemiológicos mucho mejores que los que intervinieron cuando el número de casos ya era elevado.
Documentaron que los confinamientos deben ser suficientemente estrictos como para limitar las infecciones, lo cual hace pensar que quizá resulte preferible que sean rigurosos y breves, antes que leves y prolongados.
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