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maria.saldana@eluniversal.com.mx
Un “irritante mayúsculo” se agregó a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la decisión de Estados Unidos (EU) de imponer aranceles al acero y aluminio de México, Canadá y la Unión Europea, lo que genera incertidumbre, dijo el ex subsecretario de Normatividad e Inversión de la Secretaría de Economía, Alejandro Gómez Strozzi.
Con ello se presenta un nuevo escenario en el cual, “con el paso natural del tiempo”, llegará la nueva administración federal en México.
“Hay una parte que no conocemos, y es si se pueda complicar o facilitar la negociación, porque será un equipo nuevo y va a imprimir su propio sello”, afirmó. Además, los nuevos funcionarios deberán pasar por un periodo para familiarizarse sobre los alcances de la renegociación actual.
Así que no se puede decir que es un riesgo, sino que derivado de las elecciones en México habrá un nuevo Presidente y ello significa que habrá opiniones sobre la mesa de la negociación del TLCAN que hasta ahora no se han considerado, comentó el ex subsecretario.
“En un mes vamos a tener una definición de las elecciones y se les dará un lugar en la mesa de negociaciones del TLCAN; ello significará que habrá un jugador adicional”, opinó el jurista especializado en controversias comerciales internacionales.
Expuso que con la decisión de imponer aranceles al acero y aluminio a sus socios comerciales, el gobierno de EU muestra que “el principal riesgo proviene del presidente estadounidense, porque se maneja con argumentos técnicos que no son serios”.
El problema es que ello aumenta el riesgo o la posibilidad de que se impongan aranceles a los automóviles, camiones y camionetas, luego de que la semana pasada se anunció una investigación contra las importaciones de esos vehículos, que supuestamente ponen en riesgo la seguridad nacional del vecino país, mismo argumento que se usó para los aranceles al acero y al aluminio.
Gómez Strozzi, ahora socio de Foley Gardere Arena, consideró que dichos impuestos a la importación contra productos mexicanos no alientan la modernización del tratado. “De que no abona, pues no abona; es un irritante, porque es discusión técnica y política. Es el elefante incómodo en el cuarto”. Consideró que la respuesta de México de imponer represalias contra productos estadounidenses es acertada, porque “es momento de ejercer lo que nos permite la legislación. Estamos haciendo uso de nuestro derecho previsto en el tratado trilateral, aunque tal vez no sea bueno ante los ojos de Trump”.
El ahora asesor del sector agropecuario en la discusión del TLCAN expuso que si bien la renegociación está muy avanzada y solamente hay cuatro o cinco temas que atoran el consenso, habría que pensar que para algunos sectores será más fácil exportar sin tratado que con las nuevas reglas.
“Tienes que evaluar si te es más gravoso continuar dentro del tratado, aceptando todas las condiciones que te pone Estados Unidos”, añadió Gómez Strozzi.
Sin embargo, no consideró conveniente levantarse de la mesa, pues “tenemos que aguantar, no hay por qué aceptar las ocurrencias de Trump”.
Sobre la conveniencia de que México ceda posiciones, afirmó que “en toda negociación se cede, pero no hemos llegado a ese punto. Vamos a llegar a un momento en que ya no te convenga si te tratan peor que en el TLCAN, porque si estando fuera puedes exportar automóviles pagando 2.5% de arancel y es más gravoso cumplir con reglas de contenido regional, ¿para qué le sigues?”.
A pesar del escenario y de lo complicado de la situación, dijo que no debe cederse en temas que son de vital importancia para México, ni aceptar las condiciones que quiere imponer EU en puntos clave como la terminación del acuerdo al quinto año [cláusula sunset], la eliminación de los capítulos de solución de controversias, estacionalidad de exportaciones de hortalizas y frutas, y modificación de las reglas de origen para autos.
“Si aceptamos el tema de temporalidad, la situación exportadora de México sería peor que cualquier otro país que no tiene tratado con Estados Unidos, por lo que no podemos ceder a posturas irracionales que no tienen una base comercial”, subrayó. Confió en que tarde o temprano se llegará a un acuerdo, pues la negociación “pasando el 1 de julio adquiere una dinámica no sujeta a plazos cortos”.
“Podemos irnos todo 2018, sin duda, y es más probable que terminemos en este año. Pero no hay fecha que presione o impida que se llegue hasta 2019”, agregó.
Hay que considerar que Donald Trump utiliza la renegociación del TLCAN y los aranceles con miras a las elecciones de noviembre próximo en EU, afirmó.