La tensión geopolítica desatada por la invasión rusa a Ucrania complica el ya de por sí difícil panorama para la inflación en México, cuya tasa anual volvió a repuntar en la primera mitad de febrero, luego de cuatro quincenas a la baja, para llegar a 7.22%, dato superior al 7.13% estimado por especialistas.
La cuesta de enero se extendió a febrero, pues el rebote general de precios en la primera quincena del segundo mes del año fue de 0.42% respecto al periodo inmediato anterior, es decir, la tasa quincenal más elevada para dicho lapso en 21 años.
“La incertidumbre económica se ha incrementado notablemente con los eventos recientes en Europa y la inflación podría ser una de las variables más afectadas”, comentó Daniel Arias, analista económico de Monex.
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“A la tendencia pronunciada que ya dominaba los incrementos de precios se sumarán ahora nuevos shocks para energéticos y materias primas como granos y metales, entre otros”, agregó.
Los precios de los energéticos son los que han resentido más el alza en las cotizaciones internacionales del petróleo, a causa de la incertidumbre generada previo a la invasión. Por ejemplo, el precio del gas doméstico natural reportó un alza anual de 26.07% en la primera quincena de febrero de 2022, mientras la gasolina de alto octanaje subió 14.17%.
Los bienes energéticos cuya alza de precios tuvo más incidencia en la inflación de la primera mitad de febrero fueron el gas LP y la gasolina de bajo octanaje, con repuntes quincenales importantes de 3.02% y 0.51%, respectivamente.
El precio de otros productos que se verán afectados por el conflicto geopolítico serán materias primas industriales como aluminio y cobre, así como productos elaborados con trigo.
Adicionalmente, se debe considerar que la creciente incertidumbre en los mercados internacionales traerá como consecuencia un repunte del dólar.
Los precios del petróleo y otras materias primas se han incrementado recientemente ante las tensiones geopolíticas y, de no corregirse pronto, pueden contaminar las expectativas al alza de otros bienes y servicios, advirtió Alejandro Saldaña, analista económico de Ve por Más.
Esto puede generar más presión en bancos centrales como la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos para acelerar el alza de tasas de interés y el retiro de dinero del mercado, lo que induciría mayor volatilidad y un traspaso del mayor costo del tipo de cambio a los precios finales en México, agregó el especialista.
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Uno de los riesgos es que la pérdida de terreno del peso frente al dólar siga durante un largo periodo, por lo que su mayor costo se transferiría al precio de los bienes y servicios importados, acelerando la inflación.
Frente a ello, el Banco de México, además de seguir el incremento de la tasa de fondeo de la autoridad monetaria estadounidense, deberá aumentar la tasa de referencia en el país para contener la depreciación del tipo de cambio, encareciendo el crédito y haciendo más difícil la recuperación económica.
Se trata de su tasa más alta desde la primera quincena de julio de 2001 y podrían transcurrir al menos cuatro quincenas antes de que alcance su pico, advierte Daniel Arias, aunque la invasión rusa a Ucrania podrían deteriorar más la tendencia.
Los analistas coinciden en que la inflación se moderará a fines de 2022, pero seguirá arriba de 4.0%, límite superior del rango de tolerancia de Banxico.
Con los resultados a la primera quincena de febrero, la previsión de inflación para el año será revisada al alza por analistas.
No obstante, es probable que los pronósticos sigan subiendo, pues por el conflicto bélico pueden darse más disrupciones en cadenas de suministro y alzas en materias primas, prevén expertos de grupo financiero Base.
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