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El 20 de noviembre, el último día de El Buen Fin , a las 9:30 Alfredo G. y su esposa fueron a una tienda departamental a comprar una estufa, para renovar la que actualmente tienen, nunca pensaron que estarían agotados muchos modelos y que serían el número 3 mil 656 de la lista de espera.
La vendedora del almacén les dijo que en enero o febrero del 2021 recibirían una llamada para decirles la fecha exacta en la que le llevarán la mercancía a su domicilio en el Estado de México, porque están en una larga lista de espera.
Les dijeron que el producto estaba agotado por el momento, pero que hicieron un pedido a la marca para que les vuelva a surtir, lo cual no se daría en los 50 días que le restaban al 2020, sino en los primeros meses del 2021.
Por ello el ticket de compra dice claramente que el cliente está consciente de que no hay producto disponible y que como está agotado “entra en fila de espera”.
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Tras conocer esto, Alfredo G. afirma: “¿Cuál pandemia? veo que no a todos les va mal. La estufa me la entregarán hasta enero o febrero, lo bueno es que no tengo prisa, la que tengo actualmente todavía aguanta, aunque el horno no”.
En 2020 hay dos factores que impulsan la venta de estufas: hay muchas personas que al permanecer más tiempo en casa se dieron cuenta de que necesitaban hacer cambios y remodelaciones; y la segunda es que hay familias que comenzaron a vender comida y usaron sus estufas, dijo el director general de Super Flama, Bernardo Vallejo.
Para el directivo quedó claro que “derivado del confinamiento se ocuparon más que nunca las estufas en los hogares, generando una mayor demanda de este tipo de productos en el mercado. Por otro lado, muchas familias que se quedaron sin empleo están buscando generar ingresos con la venta de comida utilizando sus cocinas”.
Si bien cayeron las ventas presenciales, el e-commerce ayudó a contrarrestar las ventas presenciales. “Al principio de la pandemia, durante el mes marzo y abril hubo una caída pronunciada en la venta de estufas, cerca del 20%, en parte se debió al cierre de muchos pisos de venta. Al poco tiempo se recuperó rápidamente la venta hasta llegar a niveles de incremento de 30%, lo que es comparable al año anterior”.
Vallejo, quien dirige la empresa que fabrica y comercializa parrillas y estufas, explicó que durante El Buen Fin se incrementaron las ventas en 50%, sobre todo de estufas y campanas con precios accesibles, con un ticket promedio de 10 mil pesos.
Contrario a la historia de Alfredo G., Vallejo, afirma que ellos pudieron entregar en tiempo los pedidos generados, porque ya no tuvieron los problemas de principios de la pandemia cuando se interrumpió la cadena de suministro y se afectaron los inventarios.
vcr/acmr