Ante delitos de los empleados, la empresa no debe proceder de manera precipitada; primero hay que documentar y fortalecer el expediente tanto penal como laboral, para luego demandar legalmente, recomendó Adrián Castillón, consejero del despacho Von Wobeser y Sierra.
Hay que tener bien documentada la situación porque un arma que la mayoría de los infractores involucrados utiliza para zafarse de su responsabilidad es demandar laboralmente a la compañía y luego usar ese pasivo como carta negociadora con la empresa para tratar de solucionar su tema penal.
Por lo que se refiere a otro tipo de comportamientos, como el robo hormiga o mal uso de los recursos de la empresa, Castillón dijo que varias veces las organizaciones son responsables de ello por ser tolerantes con estas prácticas al considerarlas menores.
Lo correcto, dijo, es detener este tipo de conductas, primero con previsión a través de los controles necesarios para reducir su frecuencia, y que se incluyan dentro del reglamento interior de trabajo.
Es un instrumento jurídico de gran alcance que ayuda a regular las actividades dentro de la empresa y que da la maleabilidad para tipificar cada una de las conductas que se pueden tener en la operación, estableciendo las sanciones para quienes roben material o hagan mal uso de equipo o instalaciones.
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