Contar con personal diverso no solo genera una mejor imagen corporativa que puede ser más atractiva para posibles inversionistas y socios comerciales, sino que, en el día a día, ayuda al crecimiento personal y profesional de la fuerza de trabajo, al mismo tiempo que mejora los resultados financieros de las organizaciones.
La globalización y la amplia movilidad que trae consigo el uso de la tecnología en el trabajo genera que más personas de diversas etnias, edades, nacionalidades, así como personas con discapacidades, puedan incorporarse al mercado laboral.
Es por ello, que en el marco de la conmemoración del Día de la Diversidad Cultural este 12 de octubre, reflexionemos sobre las grandes ventajas que trae a los negocios la instauración de espacios de trabajo inclusivos.
En primer lugar, se ha encontrado una relación estrecha entre una mayor rentabilidad y la diversidad cultural, ya que las empresas con este enfoque logran tener 33% más de ganancias que sus competidores del mismo sector, según el estudio ‘¿Cuáles son los beneficios de la diversidad cultural en equipos de trabajo y cómo gestionarlos de manera efectiva?’, de Humansmart. Asimismo, de acuerdo con el estudio ‘Why Diversity and Inclusion Are Good for Business’ de la Universidad de Carolina del Norte Pembroke, 75% de las compañías que cuentan con equipos diversos para la toma de decisiones superan sus metas financieras.
Esto en parte se debe a que los entornos diversos tienen 20% más de posibilidades de encontrar soluciones eficientes a las problemáticas que se presentan en su trabajo, muestra el estudio de Humansmart, debido a que cada cultura, generación o discapacidad, aporta una visión distinta que, al efectuar un análisis en conjunto, ayuda a generar una respuesta integral al problema.
Por otro lado, si el sector empresarial incorpora al trabajo a población con discapacidades, el beneficio se podría traducir en un aumento al Producto Interno Bruto del país que podría oscilar entre 3% y 7%, de acuerdo con datos referidos por el Banco Mundial. Ello a su vez generaría una mejor tasa de ganancias para las entidades en las que preste servicios este personal.
Adicionalmente, la contratación de personas para puestos claves que pertenezcan a diversas nacionalidades, podría también brindar acceso a las empresas a mercados de otros países, ocasionando que el negocio pueda expandirse y redituar en una medida mucho más alta y a un paso más acelerado.
Por otra parte, en lo interno, los centros de trabajo culturalmente diversos tienen repercusiones favorables para su entorno, tales como:
1. El desarrollo de habilidades blandas del personal, incluyendo la adaptabilidad, la apertura al diálogo, la cooperación y el trabajo en equipo, por nombrar algunos.
2. Las experiencias y conocimientos de empleados que pertenecen a otras realidades sociales y culturales, enriquecen las competencias y desarrollo profesional del resto del equipo de trabajo.
3. Incrementa la productividad y la retención del talento, ya que los empleados se sienten más seguros y cómodos al tener espacios en los que perciben un mayor soporte, apoyo y respeto a las distintas formas de pensar y donde se promueve la cooperación.
Todo lo anterior evidencia que la contratación de personas que pudieran pertenecer a grupos vulnerables por su origen racial, étnico o nacional, no solo beneficia a quien es contratado por una empresa, también tiene un efecto positivo al aportar valor económico, personal y profesional a quienes les rodean. Inclusive, el incremento de prácticas de respeto a la diversidad puede generar un aumento en la tolerancia y un declive en actos discriminatorios y de odio en la sociedad. Por ello resulta apremiante que, en momentos históricos como este en donde impera la polarización, se construyan espacios seguros para el diálogo y la inclusión, comenzando por ambientes de trabajo sanos.
Socia de Littler
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