LONDRES (AP) — Cientos de miles de viajeros quedaron varados en distintas partes del mundo el lunes luego que la operadora turística británica Thomas Cook colapsó, viéndose obligada a cancelar casi todos sus vuelos y reservaciones de hotel y a despedir a todo su personal.

La Autoridad de Aviación Civil de Gran Bretaña confirmó que Thomas Cook, empresa de 178 años de antigüedad y pionera en la venta de paquetes turísticos , dejó de operar. Agregó que las cuatro aerolíneas de la empresa dejarán de volar aviones y que sus 21.000 empleados en 16 países _ inclusive 9.000 en el Reino Unido _ perderán sus puestos.

El derrumbe tendrá repercusiones en toda la industria turística europea y norafricana, al tiempo que los hoteles temían quedar sin cobrar y las populares reservaciones en resorts para este invierno súbitamente se evaporaban.

En total, unos 600.000 viajeros estaban adscritos a alguno de los paquetes de la empresa aunque no quedaba claro cuántos de ellos quedaron varados, pues algunas filiales negociaban con autoridades locales para poder seguir funcionando.

El gobierno británico informó que estaba tratando de traer de vuelta a unos 150.000 clientes residentes de Gran Bretaña, en la mayor repatriación de ciudadanos británicos en tiempos de paz. El proceso comenzó el lunes, pero las autoridades advirtieron que seguramente habría demoras.

Una serie de partes recibidos el lunes ofrecían un vistazo al caos generado: 50.000 personas varadas en Grecia; 30.000 en las Islas Canarias; 21.000 en Turquía; 15.000 en Chipre.

Un millón de personas que hicieron reservaciones para el futuro súbitamente sufrieron la cancelación forzosa de sus planes. Muchas de ellas probablemente recibirán reembolsos bajo planes de seguros de viaje.

Thomas Cook, que abrió en 1841 con una excursión de un día en tren por Inglaterra y ahora opera en 16 países, había estado en problemas financieros durante los últimos años debido a la competencia de aerolíneas de bajo costo y las reservaciones por internet.

La empresa además era propietaria de casi 600 agencias de viaje en Gran Bretaña y 200 hoteles, por lo que tenía enormes costos de bienes raíces además de su descomunal deuda.

“La creciente popularidad de paquetes turísticos a la medida, y la competencia de empresas nuevas como Airbnb, ha trastocado la industria turística como nunca antes pues cada cliente ahora puede hacer reservaciones separadas para sus vuelos, alojamiento y transporte", señaló Michael Hewson, analista de CMC Markets.

La situación empeoró este año debido a la incertidumbre sobre las repercusiones económicas que tendrá la salida británica de la Unión Europea. Aparte de eso, la depreciación de la libra británica hizo más caro para los ingleses viajar al exterior.

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