se ha constituido en un mecanismo para enfrentar la crisis y la falta de oportunidades laborales para amplios sectores de la población, en particular las clases medias. Sin embargo, sus posibilidades de desarrollo se han visto limitadas por la falta de apoyos gubernamentales, advierte Ernesto Amorós , director nacional de programas doctorales de EGADE Business School del Tec de Monterrey.
“El emprendimiento es un mecanismo válido para enfrentar los problemas económicos y sociales que estamos viviendo a partir de la pandemia, pero necesitamos reforzar este mecanismo a través de acciones de política pública, que hasta ahora han sido muy escasas”, destaca en entrevista con EL UNIVERSAL el especialista en emprendimiento y desarrollo de nuevos negocios.
Por una parte, hubo una pérdida muy grande de empleo formal, derivada del cierre masivo de la actividad empresarial, principalmente de pequeños negocios que estaban en una posición frágil, porque iban en crecimiento, en etapas tempranas asociadas al emprendimiento.
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Por otro lado, hay varios emprendedores, principalmente de clases medias, que movilizan recursos como una opción viable frente a la crisis, dice. Lo malo es que mucha de esta actividad no cuenta con apoyos necesarios en un contexto tan difícil, advierte.
Clasemedieros y emprendedores
En opinión de Amorós, aunque es complejo definir a aquellos que caen en esta categoría, las clases medias en México tienen mayor propensión a iniciar un emprendimiento que busca una oportunidad de negocio.
“Los percentiles más bajos de ingresos [tercio inferior] lo hacen más como un mecanismo de necesidad y para incrementar sus fuentes de ingreso. Por lo tanto, sí hay una correlación entre la clase media y potenciales negocios con perspectiva de crecimiento, contra emprendedores que están más en el sector informal por necesidad”, afirma.
Explica que la experiencia internacional demuestra que también las clases medias han sido las grandes generadoras de emprendimientos e innovaciones.
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“Basta ver grandes casos de emprendedores como Bill Gates o Steve Jobs, típicos ejemplos de la clase media estadounidense. E incluso Henry Ford o Thomas Alva Edison , de orígenes más humildes, lograron estudiar y capacitarse para formar parte de la clase media y de ahí realizar sus grandes empresas”, menciona.
En su opinión, este segmento de los emprendedores es el más afectado, pues al igual que otros fenómenos que perjudican a la clase media, se ven atrapados.
Como suelen formalizar sus empresas, aunque sean más incipientes, adquieren más compromisos que un informal.
“Son los que vieron más afectados sus patrones de crecimiento en algunos sectores y, desafortunadamente, no recibieron los apoyos suficientes”, afirma.
Falta de apoyos
El académico explica que en los últimos 10 años se pusieron en marcha acciones que han sido muy importantes para facilitar la creación de empresas, sobre todo lo que tiene que ver con su formalización. Por ejemplo, la constitución del régimen de incorporación fiscal ha ayudado mucho para que personas con empresas unipersonales se puedan incorporar a la formalidad.
Desafortunadamente, el actual gobierno federal ha desmantelado muchas de las iniciativas, sobre todo programas, más que políticas; grandes programas, como era el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) , y se ha dado prioridad a una serie de programas sociales, agrega.
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“No significa que los programas sociales sean malos en sí; lo que es un grave error es convertir un programa económico en un programa social, o viceversa. Disfrazar un programa social de programa económico es lo que está sucediendo ahora, y eso es fatal. Por un lado, se había avanzado mucho, y por otro lado vemos retrocesos”, dice Amorós.
La pandemia provocó un parón económico muy grave, sin que hubiera una respuesta efectiva y eficiente por parte del gobierno en todos los niveles, pero principalmente a escala federal para mitigar sus efectos.
“Un ejemplo muy puntual, el acceso a ayudas, fue el mínimo; más de 90% de los potenciales empresarios que podían acceder a algún apoyo gubernamental no lo hicieron, de acuerdo con datos del Inegi. Ya olvídate de mecanismos más complejos, como una ayuda de temas fiscales. Todo eso no sucedió durante 2020, y no está sucediendo ahora”, alerta.
Evaluación internacional
La mayoría de los puntajes de las condiciones marco de México para apoyar el espíritu empresarial disminuyó en 2020, particularmente en las áreas de gobernanza y regulaciones de mercado relacionadas, de acuerdo con la evaluación mundial que hace cada año el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), uno de los proyectos de investigación de la actividad empresarial más importante a escala global.
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La condición ‘Política gubernamental: apoyo y relevancia’experimentó la caída más pronunciada en todas las condiciones de México, pasando de 4.0 en 2019 a 2.6 en 2020, ubicándose en el puesto 43 entre los 46 países que participaron en la investigación de GEM 2020.
Además, los ‘ programas gubernamentales de emprendimiento ’ cayeron de 4.4 en 2019 a 3.4 en 2020, para ocupar el sitio 38 entre las economías GEM.
Las dramáticas disminuciones reflejan la evaluación negativa de los expertos mexicanos sobre cómo el gobierno ha respondido a la pandemia, disminuyendo la capacidad de los empresarios para buscar oportunidades.
Esto también se puede ver en el puntaje otorgado a la condición ‘Facilidad de entrada: cargas del mercado y regulaciones’, que disminuyó de 4.4 en 2019 a 3.8 en 2020, para ubicarse en el puesto 33. La baja puntuación sugiere que los empresarios enfrentaron más barreras para llevar al mercado sus productos y servicios respecto al año anterior.
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La totalidad de estas evaluaciones negativas probablemente explica el puntaje de 2.86 de los expertos sobre cómo ha respondido el gobierno mexicano a la pandemia. Esto ubica a México en el sitio 43 entre todas las economías GEM en cuanto a respuestas de sus gobiernos al Covid-19, justo por encima de Estados Unidos, con 2.65, pésimamente evaluado por la mala respuesta de la administración de Donald Trump.
Y, sin embargo, se mueve
A pesar de los desafíos que enfrentan los emprendedores en México, los expertos del GEM fueron menos críticos con la respuesta de este grupo a la pandemia. Al respecto, México alcanzó un puntaje de 6.9, para ubicarse en el lugar 12 del ranking, un poco más alto de lo que podrían sugerir algunas de las condiciones culturales y relacionadas con el mercado.
En opinión de Amorós, el sector emprendedor y empresarial está muy consciente y trata de hacer todo lo posible para mantener sus negocios, tanto en el caso de empresas en crecimiento o de las que están en transición de ser micro a pequeñas o de pequeñas a medianas, pues la responsabilidad es mucho mayor, ya que las micro y pequeñas empresas siguen siendo las principales generadoras de empleo.
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Si la gente no tiene trabajo, entonces no tiene ingresos y, sin ellos entonces no hay dinámica empresarial que aguante absolutamente nada, agrega. Por más que el empresario haya podido mantenerse durante la pandemia, si no hay gente que consuma sus productos o servicios, pues va a tener problemas para sobrevivir , explica el académico.
“Los emprendedores mexicanos tienen una actitud muy positiva y ven que dentro de sus posibilidades pudieron hacer hasta lo imposible por mantener a flote sus negocios. No fue posible en todos los casos, desafortunadamente, pero esta evaluación (GEM) es un reflejo de ese esfuerzo. Creo que aquí el mensaje es muy importante y esperanzador, al ver a un sector privado mejor organizado, independientemente de que las acciones gubernamentales no ayuden mucho”.
¿Y luego de la pandemia?
Hacía adelante, Amorós considera que los empresarios y emprendedores deberían enfocarse en tres aspectos: primero, el sector privado debe de seguir muy bien organizado y hacer lo que le toca: enfocarse a tener negocios productivos, competitivos y a la generación de empleo.
En segundo lugar, se tiene que contar con alguna evaluación de política pública . Tanto con pandemia o sin ella, los programas, políticas y todo lo que tiene que ver con temas, incluso de corto plazo, no han resultado efectivas ni han apoyado de manera muy puntual al emprendimiento.
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“Hago un llamado a quienes desarrollan las políticas públicas en este país a pensar en el gran número de pequeñas y medianas empresas, que son la mayoría, para ver cómo se les ayuda mejor. No hay varitas mágicas, pero algo hay que hacer”, subraya.
En tercer lugar, agrega, urgen acciones a escala municipal.
“Organizarnos de manera local [tanto el s ector público como privado ] va a ayudar mucho en términos de lo que se conoce como ecosistema de emprendimiento, pues esta actividad es un fenómeno muy de ciudad, de un lugar geográfico específico, y ahí hay una respuesta importante para dinamizar el emprendimiento en particular y en general a la actividad económica ”.