CitiBanamex mantuvo en 1.5% su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de México en 2022; sin embargo, redujo su estimado para 2023, a 1.2% desde 1.8%, ante una ligera recesión en Estados Unidos en un escenario complicado por la alta inflación, tasas de interés y la incertidumbre que prevalece por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
“La desaceleración del consumo y el comercio mundial, considerando también las recesiones que ahora se anticipan en los próximos 12 a 18 meses para la zona euro, el Reino Unido y varios mercados emergentes, afectarían las exportaciones y el consumo de México, este último a través de una menor entrada de remesas”, señalaron los analistas del banco.
En un ajuste de sus perspectivas económicas, la filial de Citigroup en México resaltó que la perspectiva de la actividad parece cada vez más sombría para 2023, cuando se espera un crecimiento de 0.9% en Estados Unidos, lo cual, combinado con un entorno de baja inversión, complicará la dinámica productiva.
“El deterioro de la inversión estadounidense tendría un impacto adicional negativo en las manufacturas en México, especialmente en los sectores con vínculos más estrechos con los socios comerciales de México en América del Norte”, explicaron.
En CitiBanamex aún estiman que la relocalización de empresas en México, que quieran aprovechar las nuevas dinámicas de logística y producción, puede favorecer a la actividad económica del país.
“Las tendencias de relocalización y redimensionamiento de cadenas de producción y la posibilidad de que México se beneficie de ajustes en las cadenas de suministro por los problemas de producción en las regiones más afectadas por los bloqueos relacionados con el Covid y las consecuencias de la guerra en Europa del Este, siguen siendo los principales riesgos al alza tanto a corto como a medio plazo”, advirtió la firma financiera.
Desde su perspectiva, la inflación cerrará este año en 7.7% y la principal tasa de interés del Banco de México llegará a 9.50%, desde su nivel actual de 7.75%.
“Reconocemos que los crecientes temores de recesión, la reciente caída de precios de materias primas en todo el mundo y un panorama más benigno en las cadenas de suministros debería de alguna manera calmar las preocupaciones inflacionarias. Pensamos que se vuelve particularmente más relevante desde una perspectiva más a mediano plazo, la cual explica nuestra revisión a la baja de nuestro estimado de inflación para 2023 en 4.0% anual”, opinaron en el banco.
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