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noe.cruz@eluniversal.com.mx
Los importadores de gasolinas que cruzan la frontera con Estados Unidos para traer a México el combustible en camiones cisterna denunciaron que se están tardando hasta tres días para ir y regresar, cuando en condiciones normales lo hacen en 16 horas, lo que puede detonar problemas de desabasto en las ciudades contiguas del país.
Los retrasos se deben a que el gobierno de Estados Unidos retira a los agentes de aduanas en los puentes fronterizos, especialmente en Texas, lo que dificulta las labores de inmigración y cruce de mercancías desde y hacia el mercado norteamericano, denunció Julio Jáuregui, ejecutivo de la importadora de combustible, Enermex.
“El viaje de ida y vuelta para los camiones que viajan desde el norte de México para traer productos refinados desde Estados Unidos está tomando cerca de 72 horas en lugar de las 16 horas típicas”, detalló.
Dijo que los principales retrasos para las compañías importadoras como Enermex se encuentran en los puntos de cruce de Laredo-Nuevo Laredo, Reynosa-McAllen y Matamoros-Brownsville en Texas.
Reveló que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a más de 750 oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) que fueran reasignados a tareas de la Patrulla Fronteriza, que según él se necesitan para combatir la inmigración ilegal.
Esto ha provocado que el tránsito intensificado de turistas y autobuses de pasajeros tome una eternidad, dejando pocos carriles abiertos bastante saturados, dijo Jáuregui.
Las importaciones por ferrocarril no se ven afectadas porque los trámites se envían por adelantado y los equipos de rayos X se utilizan para controlar la carga.
El principal cuello de botella se produce al entrar a EU, dijo Jáuregui, “aunque el servicio de aduanas de México se ha estado moviendo para facilitar el ingreso de camiones de combustible con gasolina y combustible para aviones o productos refinados en general”.
Compras de pánico. Tanto los retrasos como las compras de pánico en los puentes fronterizos se detonaron tras las recientes amenazas del presidente estadounidense de cerrar los cruces con México.
Hasta ahora, Pemex sigue siendo el principal importador de gasolinas y diesel por vía marítima, aunque el sector privado ha estado aumentando su participación, adquiriendo del mercado estadounidense prácticamente todo el volumen que sale a comprar al exterior.
Información de la Subsecretaría de Hidrocarburos y la Dirección General de Petrolíferos de la Secretaría de Energía (Sener) muestra que en diciembre de 2018, empresas del sector privado como Enermex participaron con 7.01% de las importaciones totales de gasolinas en sus tipos regular y Premium, y para enero de este año aumentó a 8.35%, equivalente a un promedio de un millón 694 mil barriles.
Jáuregui destacó que México sólo tiene capacidad de almacenamiento de aproximadamente tres días, en promedio, para productos refinados, lo que lo hace sensible a los retrasos en las importaciones.
Coincidió con los analistas en el sentido de que cerrar la frontera puede ocasionar un daño económico potencial al interrumpir el tránsito comercial entre ambos países, cuyo valor asciende a 1.4 mil millones de dólares diarios.