Shanghái (China).- El Banco Popular de China (BPC, banco central) anunció este lunes una rebaja de 25 puntos básicos, desde el 3.35% hasta el 3.1%, a su tipo de interés de referencia, denominada tasa preferente para créditos (LPR, en inglés) a un año.
El gobernador del BPC, Pan Gongsheng, ya había avanzado a finales de septiembre una rebaja de entre 0.2 y 0.25 puntos como resultado de los recortes a las tasas de dos de sus principales herramientas de inyección de liquidez al sistema financiero -los acuerdos de recompra inversa ('repos') a siete días- y financiación a bancos -los servicios de préstamo a medio plazo (MLF)-.
Pese a ello, la decisión supera ligeramente los pronósticos de los analistas, que anticipaban un recorte de tasas pero la esperaban en la parte más alta hasta el 3.15%.
La institución anunció asimismo que la LPR a cinco años, de referencia para préstamos hipotecarios, experimentará un descenso idéntico, pasando del 3.85% al 3.6%.
En la actualización mensual que divulga en su página web, el BPC indicó que las LPR se mantendrán en sus nuevos niveles hasta, al menos, dentro de un mes.
Este indicador, establecido como referencia para los tipos de interés en 2019, sirve para fijar el precio de los nuevos créditos -generalmente, para empresas- y de los de interés variable que están pendientes de devolución.
Lee también Empresa china Yutong vende más de mil autobuses, la mitad al gobierno de la CDMX
Su cálculo se lleva a cabo a partir de las contribuciones a los precios de una serie de bancos -incluyendo pequeños prestamistas que tienden a tener mayores costos de financiación y mayor exposición a créditos morosos-, y tiene por objetivo rebajar los costos del endeudamiento y apoyar a la 'economía real'.
La última rebaja acometida por el BPC a su tasa de interés de referencia databa del pasado mes de julio, cuando llevó a cabo un recorte sorpresa de 10 puntos bases, desde el 3.45 % al 3.35%.
Esa había sido la única reducción de la LPR a un año en 2024, con los expertos apuntando a que el banco central estaba apostando por la cautela ante la divergencia con otras potencias -donde la tendencia de los tipos había sido al alza para contener la inflación- y la consiguiente presión sobre el tipo de cambio de la divisa nacional, el yuan.
No obstante, las autoridades chinas ya habían anticipado un cambio de rumbo entre los principales bancos centrales a lo largo de este año, lo que les ofrecería más flexibilidad.
De hecho, en las últimas semanas, Pekín ha anunciado una serie de medidas de estímulo que llegan después de un recorte de tipos en Estados Unidos y también de que los datos económicos de agosto fueran peores de lo esperado, con el presidente chino, Xi Jinping, llamando a elevar los esfuerzos para conseguir el objetivo de crecimiento económico para este año, de en torno a 5%.
La baja demanda nacional e internacional, unida a riesgos de deflación, estímulos insuficientes, una crisis inmobiliaria que no ha tocado fondo o una falta de confianza en el seno de los consumidores y el sector privado son algunas de las causas que esgrimen los analistas para explicar lo que ocurre en la segunda mayor economía mundial.
em/mgm