La agencia Fitch Ratings dijo que el sector energético de México lidia actualmente con la necesidad de mejorar su capacidad y confiabilidad energética, ante lo cual enfrenta el desafío de fomentar un entorno regulatorio que fomente la inversión privada en la industria eléctrica, particularmente a la luz de los resultados electorales del pasado 2 de junio.
“Se requiere una inversión significativa, siendo crucial la participación del sector privado para el desarrollo de nuevas centrales eléctricas, asegurando que la estructura financiera de la CFE, no se vea comprometida”, dijo Fitch.
De acuerdo con la firma, las necesidades de inversión de capital de la CFE, esenciales para satisfacer la mayor demanda de energía, podrían debilitar su estructura de capital sin el apoyo del gobierno mexicano.
“Un debilitamiento del perfil crediticio individual de CFE, junto con un menor apoyo del gobierno mexicano, podría desencadenar una rebaja de la calificación”, dijo.
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Fitch resaltó que existe una necesidad apremiante de establecer infraestructura para el almacenamiento y transporte de gas natural, dada la gran dependencia del país de las importaciones y la importante proporción de energía generada a partir de esta fuente.
“La ampliación y modernización de la red eléctrica de México también son imperativas para mejorar la flexibilidad y estabilización del sistema eléctrico, dar cabida a nuevas plantas, aumentar el mix de fuentes de energía y permitir la entrada de proyectos de energía renovable, gestionando al mismo tiempo la intermitencia que introducen al sistema”, dijo.
Fitch recordó que la demanda de electricidad ha aumentado aproximadamente 3.5% en los últimos dos años, mientras que las previsiones del Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional de 2024 a 2038 indican que el consumo de electricidad crecerá 2.4% en el escenario base y un 2.8% en un escenario de alto crecimiento para 2024.
“Fitch espera que la demanda de energía siga creciendo, dada la aceleración económica en México, principalmente por el nearshoring, y las mayores temperaturas durante el verano”, dijo.
La firma comentó que históricamente, julio ha experimentado el pico de demanda de energía, seguido de agosto y junio. Así, en julio de 2023, la demanda de energía fue un 39% mayor que en febrero.
“Para evitar apagones, el sistema siempre requiere una planificación extraordinaria para garantizar que la oferta coincida con la demanda en tiempo real”, añadió.
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Agregó que en 2023, la electricidad generada por gas representó el 70% de la matriz de generación de México, donde la hidroeléctrica, la eólica y la solar representaron cada una el 6%, y el 12% restante fue generado por fuentes nucleares, de carbón y de diésel.
“La dependencia del país del gas natural para más del 60% de su capacidad energética instalada lo hace vulnerable a la escasez y las fluctuaciones en los precios del gas natural y los tipos de cambio. Además, la variabilidad de las energías renovables, las recientes sequías severas, la falta de capacidad de energía solar nocturna y las actividades de mantenimiento han provocado fluctuaciones en la capacidad de generación del sistema”, dijo.
En ese sentido, resaltó que la tendencia al aumento de la demanda de energía y la inversión insuficiente ejerce presión sobre el margen de reserva del sistema y lo expone a vulnerabilidades.
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