Durante el año pasado ni la alta inflación ni el aumento de 7.7% a la cuota del gravamen que se aplicó a las cervezas y refrescos, así como a la comida chatarra, desmotivó el consumo de esos productos.
Esto se reflejó en la recaudación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) que superó la meta programada para el año pasado, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
La mayor bolsa de recursos la dejó este gravamen que pagaron los consumidores de cervezas, pues se esperaban 46 mil 351 millones de pesos para todo 2023, pero se obtuvieron 2 mil 632 millones de pesos más que lo estimado.
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Dicho monto es similar a las participaciones federales que se pagaron al gobierno de Guanajuato el año pasado, por casi 49 mil millones de pesos, así como también al presupuesto de la UNAM en 2023.
El IEPS de 1.50 pesos por litro a bebidas saborizadas generó 37 mil 756 millones de pesos, cuando se previeron 35 mil 556 millones.
Lo obtenido equivale a lo que se le asignó al programa Beca Universal para el Bienestar Benito Juárez de Educación Media Superior, por 37 mil 554 millones de pesos.
En tanto, una botella de refresco de tres litros costó en promedio 43 pesos el año pasado, incluyendo el monto del impuesto.
Sin embargo, no sólo el refresco está considerado dentro de ese grupo de productos. También pagan la tasa del gravamen los concentrados, polvos, jarabes, esencias o extractos de sabores para diluirse, así como jarabes o concentrados para preparar bebidas saborizadas que se expendan en envases abiertos, y en los que se usen aparatos automáticos, eléctricos o mecánicos. Es decir, todos los que contengan cualquier azúcar añadida.
Botanas y golosinas, también
Por tasa de 8% del IEPS aplicada a los alimentos no básicos, la recaudación obtenida en 2023 totalizó 35 mil 140 millones de pesos, contra 31 mil 877 millones de pesos que se había programado recibir.
Entre los productos considerados no básicos por su alto contenido de calorías están las botanas, confitería, chocolates, flanes, helados, nieves, dulces y leches de avellana o almendra, así como cremas de cacahuate y cereales azucarados.
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El tributo es indirecto y fácil de recaudar porque se les cobra a los consumidores al pagar el producto, bien o servicio. Con ello, nadie se salva de pagarlo, ni siquiera quienes están en la informalidad.
Gravamen “estelar”
El integrante de la Comisión Técnica de Seguridad Social del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM), Rolando Silva, recordó que el IEPS nació sin propósitos recaudatorios, sino para inhibir conductas, pues lo que grava tiene un efecto dañino en la sociedad.
Por ejemplo, se aplica a las bebidas endulzadas y alcohólicas, los alimentos con alto contenido calórico y a los combustibles fósiles.
Sin embargo, desde hace unos años se convirtió en un impuesto “estelar”, afirmó en entrevista con EL UNIVERSAL, al destacar que se le apuesta ya con una mirada más de recaudación, como se ve con los combustibles, pues es un amortiguador para las finanzas públicas.
Consideró que, si bien no ha habido un aumento de impuestos, al final del día, con la actualización de las tasas hay mayor recaudación.
Silva recordó que el IEPS aplicado a bebidas endulzadas data de 2014, cobrando un peso por litro, pero en 2019 se modificó para establecer un aumento proporcional a la inflación anualizada, que ahora es de 1.57 pesos por el efecto del incremento de 4.3% para 2024.
Señaló que un gran contribuyente es el tabaco, producto con una carga fiscal muy importante.
Datos de la SHCP indican que en 2023 se recaudaron 48 mil 156 millones de pesos por tabacos labrados, es decir, casi lo mismo que por el IEPS a cervezas, pero no se alcanzó la meta de 50 mil 114 millones.
“Sí hay mucha intención de contener el consumo al ver que una cajetilla de cigarros cuesta casi 100 pesos”, consideró el especialista.
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Además, Silva explicó que de forma natural se ve una limitación del consumidor al principio, tras el aumento anual de la tasa del impuesto, pero sistemáticamente, después de varias semanas de abstenerse de cigarros o de las bebidas preferidas, se presenta un sobreconsumo.
Así, las personas suelen comprar incluso paquetes del producto pensando en que así ahorrarán, incrementando su volumen de consumo, aseguró, mientras las empresas tienen cadenas de distribución mucho más robustas.
En contraste, las cifras de enfermedades como la diabetes o la hipertensión siguen en ascenso, observó el experto.