El confinamiento actual por brotes de Covid-19 en diversas provincias chinas impactará de nuevo a las cadenas productivas de México, lo que puede ocurrir tan pronto como en un plazo de cuatro a seis semanas, de acuerdo con especialistas e industriales.
Además, las medidas implementadas en zonas como Shanghái pueden generar más presiones inflacionarias, advierten.
Los mayores impactos se prevén en los suministros de acero, textiles y plásticos, dijo el presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora de Exportación (Index), Luis Hernández.
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Así como en 2020 comenzaron a resentirse los impactos por el confinamiento, con cierres de puertos y freno de envíos desde China, se registran restricciones a la movilidad que afectan a las cadenas de suministro.
“Ese confinamiento de China genera que se deje de producir. No se sentirá el impacto de inmediato, sino en un mes o mes y medio. Puede ser a mediados o finales de junio cuando se vean las consecuencias”, dijo.
Previo a las nuevas medidas para mitigar contagios se esperaba que a fines de mayo se estabilizara la cadena de valor, pero hace un mes ya se había recorrió la fecha a agosto, pues persisten rezagos importantes en semiconductores, por ejemplo, indicó.
Por todo ello, la recuperación de las cadenas de proveeduría se prolongará, consideró Hernández: “No creo que en 2022 se vea la normalidad en el último trimestre, puede ser hasta mediados de 2023”, señaló.
El presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), José Abugaber, coincidió en que preocupa mucho el confinamiento en China.
“Aunque se resolviera de inmediato la apertura de un puerto, los días que se encuentre cerrado provocan ya una ruptura de la cadena de valor; habrá un resentimiento a futuro”, explicó.
Abugaber afirmó que, en la medida en que se mantengan las medidas preventivas se verán las consecuencias, lo que afectará a los sectores de distintas maneras, ya que algunos tienen inventarios de entre tres a seis meses.
Uno de los problemas es que México depende fuertemente de las importaciones chinas, las cuales se transforman o ensamblan para posteriormente exportar productos terminados.
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En 2021, eso significó importaciones por 101 mil millones de dólares contra las exportaciones de los productos mexicanos por 9 mil 257 millones de dólares, aseguró el académico del Tec de Monterrey y exnegociador del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), Jorge Molina Larrondo.
Aseveró que después de que inició la pandemia muchas empresas trataron de buscar proveedores de países distintos a China, pero se enfrentaron con que deben certificarlos, lo que toma entre 12 y 18 meses: “No han logrado tenerlos con la velocidad esperada”, mencionó.
Además, ciertos productos y componentes son más baratos en China por el bajo costo de su mano de obra, por lo que a las empresas les conviene seguir importando sobre todo desde Shanghái, corazón industrial, donde se restringió la movilidad.
Molina Larrondo agregó que otro tema por considerar es que el costo de mover mercancía vía marítima sigue siendo elevado, lo que puede generar inflación.