Si bien han ayudado a reducir la pobreza en general, los apoyos sociales otorgados durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador han tenido un impacto limitado en el caso de la miseria extrema, dijo el oficial encargado de la sede subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Jorge Mario Martínez-Piva.

En entrevista con EL UNIVERSAL mencionó que realizar transferencias universales, sin condición alguna, “no es una solución perfecta”, sino otra forma de abordar un problema que no se ha resuelto desde hace 50 años.

Consideró que ya es posible evaluar algunas políticas y decisiones que se tomaron en esta administración, por los datos que se conocen sobre los niveles de marginación.

“Ya vimos que tienen límites las transferencias. Fueron efectivas para la pobreza, pero no para reducir la extrema”, dijo Martínez-Piva.

Sin embargo, hay acciones del gobierno sobre las cuales podría demorar al menos 12 años saber si tuvieron resultados favorables o no, como la calidad del sistema educativo. “Hay que ver qué pasó en una generación”.

El funcionario, quien encabeza la sede subregional de la Cepal en México desde el 1 de enero de este año, comentó que la actual administración optó por los apoyos sociales universales y sin condicionantes luego de que en otros sexenios no se lograron las metas de reducir la pobreza, cobertura de servicios de salud y en materia educativa.

“Venimos de un estado de bienestar incompleto e inconcluso”, afirmó Martínez-Piva.

Empleo casi informal

Actualmente se percibe que más de 50% de la población mexicana forma parte de la economía informal. Hay empleo, pero un ejemplo son las plataformas digitales de transporte o envíos, cuyas condiciones laborales rayan en la informalidad.

“No digo que [los apoyos sociales] solucionen todo, pero fue una decisión política que ha dado resultados, sobre todo de ingresos y de motor de crecimiento. Hoy por hoy el consumo interno es el principal motor de crecimiento, eso no se había logrado con transferencias condicionadas”, explicó.

“Creo que tenemos que abrir un debate a nivel de América Latina sobre cómo vamos a abordar el problema de un estado de bienestar incompleto, que no se va a solucionar con la propuesta de diseño original”, recalcó.

“Posiblemente tengamos que transitar de un estado de bienestar en el que las transferencias públicas, condicionadas o no, financien servicios, como se hace en España con la seguridad social”.

Martínez-Piva añadió que los problemas que enfrentan tanto México como toda la región son la pobreza, desigualdad, inseguridad, falta de educación y de un sistema de seguridad social, así como la informalidad.

Esos temas tienen que ver con un círculo vicioso en el cual están incluidos todos y se autoalimentan entre sí.

Dijo que todos los países buscan un Estado más eficiente, una industria más dinámica e innovadora, pero se tiene que definir con qué políticas públicas se tendrá un mejor nivel de gobernanza que logre revertir toda la problemática mencionada anteriormente.

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