Con el Presupuesto de Egresos de la Federación que se aprobó para 2020 no se espera una reactivación del crecimiento económico, porque las reasignaciones al gasto se dirigen a programas con alto contenido político-electoral, informó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En el análisis semanal, afirmó que el problema de impulsar programas asistencialistas es que éstos no cuentan con reglas, objetivos ni esquemas de evaluación.
“Es difícil ignorar el elevado contenido político-electoral de este presupuesto, debido a las transferencias directas mediante las que operan programas sociales prioritarios. Mientras que no cuenten con reglas de operación, padrones y objetivos claros (...) es poco probable que dichos programas asistenciales tengan un efecto permanente o duradero en el
bienestar social”, aseguró.
El problema del presupuesto es que no tiene contenido que impulse el incremento de la actividad productiva, expuso el CEESP.
“Por el contrario, con la distribución de los recursos presupuestarios se limitan los recursos hacia actividades productivas con efectos positivos en el crecimiento, el empleo y el bienestar.
“La inversión física sigue siendo uno de los renglones de ajuste del gasto público”, la cual puede caer nuevamente entre 5% y 6%.
En contraste, se observa que el apoyo asistencial tiene un contenido electoral y demagógico que será un “pesado lastre” para alcanzar los objetivos del gobierno.
Refirió que los proyectos emblemáticos de infraestructura, como la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, recibieron menos recursos con relación a su costo.
La asignación presupuestaria para esas obras “podría indicar que, hasta ahora, el progreso de los proyectos no es tan prioritario para el gobierno como lo indica
su discurso”.
El CEESP expuso que a pesar de los recortes que han sufrido los organismos autónomos, su presupuesto crece 17.9% en términos reales respecto a 2019; sin embargo, por el contrario, los ramos administrativos tendrán un gasto inferior en 2.5%.