El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) señaló que el sector público no siempre sigue la regla de oro de mantener las finanzas públicas sanas utilizando la deuda para sufragar proyectos rentables.
Al contrario, el gobierno pretende utilizar los recursos de la deuda para gasto corriente y el problema es que, “tarde o temprano, crece más que el Producto Interno Bruto (PIB) y se hace insostenible”, lo que puede afectar a la siguiente administración.
En su Análisis Económico ejecutivo semanal, el CEESP mencionó que en administraciones anteriores se utilizó la deuda para inversión física del sector público, como se observó en los periodos 2001-2006 y 2007-2012.
Pero el endeudamiento superó ampliamente a la inversión pública entre 2013 y 2018. “En otras palabras, la deuda se usó para sufragar gasto corriente. Lo mismo pasa en la actual administración, de acuerdo con las cifras observadas hasta 2022 y las estimadas al cierre de 2023 y el programa para 2024”, afirmó.
El CEESP afirmó que en este sexenio la deuda pública aumentó de forma constante, sobre todo con mayor fuerza en 2021, y se espera que ocurra en 2024.
El próximo año el endeudamiento será más del doble de lo presupuestado para inversión física e irá a gasto corriente.
“Contrariamente a lo declarado en ocasiones por funcionarios públicos y legisladores del régimen, la nueva deuda de 2024 no se debe sólo a la terminación de proyectos de inversión insignia, sino que supera la inversión pública presupuestada”, alertó.