Julio Carranza
Texto: Antonio Hernández
La muerte en el cajero un día apareció y a los banqueros su destino les recordó. “Ganaron montañas con cada tasa, pero en mi lista todos tienen plaza”. Los banqueros de Julio Carranza pensaron que era un error, sin imaginar que llegaría el cobrador. “Ya basta de juegos, yo vengo a cobrar, pues la deuda de todos se ha de saldar”. Así, uno a uno cayó sin chiste, dejando cuentas y su dinero triste. Al fin la huesuda los pudo llevar y en paz el pueblo pudo descansar.
Marcelo Ebrard
Texto: Ivette Saldaña
De regreso de Japón venía Marcelo Ebrard sentado en el avión, pensaba en el T-MEC y en cómo llegar a Palacio Nacional. La muerte escuchó su preocupación y en un dos por tres se lo llevó al panteón. Ebrard pidió a la parca un momento de reflexión, pero la pelona pidió terminar primero la revisión.
Elon Musk
Texto: Sara Cantera
Elon Musk a México llegó, bonanza y riqueza prometió; Samuel García le creyó y llorando en el panteón quedó. Más tardó el gallo en cantar, que el millonario en recular. La planta en Nuevo León canceló, pues Trump su bracito torció. La huesuda muy molesta quedó, que el alma del traidor solicitó. Musk quiso llevarla a Marte, ofreció autos y brillantes, pero todo resultó insignificante. La muerte no quiere amantes, así que la pelona a Musk sonrió y el mundo de autos chinos saturó.