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Durante el primer semestre del año, la demanda global (equivalente a la oferta global) de la economía reportó un crecimiento anual acumulado de 0.2%, cifra inferior a 3.1%, alcanzado durante los primeros seis meses de 2018, de acuerdo con el Inegi.
“Las cifras muestran una fuerte desaceleración de la actividad económica, explicada principalmente por la debilidad tanto del gasto de gobierno como de la inversión fija bruta”, comentó Delia Paredes, analista económica de Banorte.
Mientras que el consumo privado reportó un crecimiento de 0.4% en el primer semestre de 2019 respecto al mismo periodo del año anterior, el consumo del gobierno registró un retroceso de 1.6%, lo que significó su caída más fuerte para dicho periodo desde 2004.
La contracción del consumo del gobierno como la caída de la formación bruta de capital fijo del sector privado fueron los componentes de la demanda final que contribuyeron al estancamiento de la economía, con una disminución de 0.2 y 0.8 puntos porcentuales respectivamente.
En contraste, la exportación de bienes y servicios así como el consumo privado sigue siendo el principal motor de crecimiento, añadiendo 0.9 y 0.3 puntos a la variación total del PIB en los primeros seis meses del año, aunque por debajo de su contribución durante el primer semestre del año pasado.
Por lo que se refiere a su comportamiento trimestral, la oferta global (igual a la demanda global) de bienes y servicios descendió 0.2% en términos reales en el trimestre abril-junio de 2019 respecto al trimestre inmediato anterior, con series desestacionalizadas.
A su interior, el Producto Interno Bruto permaneció sin variación en el trimestre en cuestión y las Importaciones de Bienes y Servicios aumentaron 0.1% en términos reales en el segundo trimestre del presente año frente al trimestre previo.
Por su parte, los componentes de la demanda global mostraron el siguiente comportamiento en el trimestre de referencia: la formación bruta de capital fijo se redujo 2.4%; las exportaciones de bienes y servicios crecieron 3%, el consumo privado, 0.2%, y el consumo de gobierno, 0.1%, con cifras ajustadas por estacionalidad.
El Inegi también dio a conocer el comportamiento del el Indicador Trimestral del Ahorro Bruto (ITAB), que representa la parte del ingreso disponible de la economía que no se gasta ni en bienes ni en servicios de consumo final, permitiendo con estos recursos la adquisición de activos por parte de los agentes económicos.
Dicho indicador disminuyó 2.8% en el segundo trimestre de 2019 frente al trimestre previo, con datos desestacionalizados, la caída más fuerte desde el primer trimestre de 2009. Por componentes, el ahorro de la economía interna aumentó 3.4%, en tanto que los requerimientos de ahorro procedentes del resto del mundo para financiar la economía fueron negativos.