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El consumo privado, uno de los principales motores de la economía, reportó durante los primeros ocho meses del año el crecimiento anual acumulado más bajo del que se tenga registro para el mismo periodo en los últimos 10 años, de acuerdo con datos del Inegi.
Luego de dos meses de mantenerse en terreno positivo, el Indicador Mensual del Consumo Privado en el Mercado Interior disminuyó 0.3% en agosto respecto a julio, con cifras desestacionalizadas. Lo anterior trajo como consecuencia que el incremento anual acumulado fuera de apenas 0.9%, la tasa más baja desde 2009, cuando cayó 8.2%.
“Lo que observamos en el reporte es que la demanda de los bienes producidos a nivel local y la de los bienes importados se desaceleró, reflejo de un comportamiento más defensivo por parte de los consumidores ante un entorno de mayor incertidumbre y, asimismo, un entorno de más riesgos para el consumo”, explicó Ángel Huerta, economista del grupo financiero Ve por Más.
De acuerdo con el Inegi, por componentes, el consumo en bienes de origen importado reportó un alza anual acumulada de 1.0% de enero a agosto, tasa muy inferior a la de 3.5% del mismo periodo de 2018, ubicándose también como la menor alza en 10 años.
Esta desaceleración de productos importados se debe principalmente a la caída de 2.3% del consumo de bienes foráneos duraderos, mientras que la demanda de genéricos semiduraderos y no duraderos del exterior reportó hasta agosto un alza anual acumulada de 4.5% y 2.5%, respectivamente.
El consumo de los bienes y servicios de origen nacional aumentó apenas 0.9% en los primeros ocho meses a tasa anual, la cifra más baja para dicho periodo desde 2013, cuando creció 0.6%.
En su interior, los gastos en bienes crecieron 0.7% durante enero-agosto respecto a 2018, la cifra más baja en cuatro años para dicho periodo. Este menor dinamismo se debió al desplome de 9.3% en el consumo de productos duraderos, en tanto que los semiduraderos y no duraderos alcanzaron un crecimiento de 2.0% y 1.9% en cada caso.
El consumo privado de los servicios al octavo mes del año registró un incremento anual acumulado de 1.0%, la tasa más baja en 10 años para el mismo lapso.
Entre los factores que han incidido en esta desaceleración del consumo privado destaca el deterioro sostenido en el mercado laboral, con mayores tasas de desocupación y una menor generación de empleo formal, dijo Huerta.
Reflejo de ello, la confianza del consumidor reportó una baja durante octubre, a causa principalmente de un deterioro por las expectativas de las familias sobre su situación económica y del país. Todo este balance sugiere que el consumidor se está comportando de manera más cautelosa ante los riesgos de la desaceleración económica, agregó.