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Los extranjeros han comenzado a sacar sus inversiones en deuda emitida por el gobierno federal, debido a la pérdida de confianza en la administración de Andrés Manuel López Obrador y la expectativa de que el Banco de México (Banxico) recorte las tasas de interés.
Cifras del banco central indican que los valores gubernamentales en manos de inversionistas foráneos sumaron 2 billones 112 mil millones de pesos al 9 de julio, siendo la menor cantidad de deuda en su posesión desde el 14 de diciembre del año pasado.
“Los inversionistas ya están empezando a ponerse nerviosos y en la medida que perciban mayor riesgo, puede que veamos más ventas de papel del gobierno y que suba la tasa de interés de los bonos”, explicó Ernesto O’Farrill, director general de Bursamétrica Casa de Bolsa.
Pese a decisiones como la cancelación del aeropuerto en Texcoco, López Obrador había generado confianza entre inversionistas en los primeros meses de su gobierno, al presentar un presupuesto público sensato que redujo el miedo de inestabilidad financiera en México.
Esta confianza se manifestó cuando el actual gobierno colocó su primer bono en dólares a mediados de enero, cuyo plazo fue a 10 años por 2 mil millones, operación que reportó un apetito de cuatro veces el monto emitido y contó con la participación de 320 inversionistas institucionales de América, Europa, Asia y Medio Oriente.
Sin embargo, López Obrador ha comenzado a perder el respaldo de inversionistas, tras la degradación en las calificaciones crediticias del gobierno, Pemex y CFE, así como por la posibilidad de reducciones adicionales por parte de las principales agencias Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s, situación que hace más vulnerables a las finanzas públicas.
“Inversionistas se están adelantando a los ajustes de las calificadoras y descuentan que Moody’s le quitará el grado de inversión a Pemex en los siguientes meses, al igual que Fitch lo hizo a principios del mes pasado”, dijo O’Farrill.
Desde su perspectiva, las agencias después pueden degradar la calificación de la deuda del gobierno, pero no a tal magnitud que le quiten el nivel de inversión.
“El 95% de los inversionistas están en valores gubernamentales gracias a que México tiene el grado de inversión”, enfatizó.
Factores de inquietud. La caída en los pronósticos de crecimiento económico y la renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público también contribuyen a que los inversionistas ahora perciban inestabilidad financiera por la implementación de políticas públicas, estén comenzando a salirse de valores gubernamentales y puedan hacerlo de manera más rápida en la medida que van descontando el menor premio por mantener su capital en el país, a consecuencia del recorte de tasas de interés por parte del Banxico que se espera en agosto o septiembre.
Ayer, UBS, el mayor banco de Suiza, recortó sus pronósticos de crecimiento de la economía mexicana de 1.2% a 0.5% para este año y de 1.9% a 1.3% para 2020.
Una economía más lenta señala que la recaudación de impuestos en el país será menor, aunque haya finanzas públicas superavitarias.
En particular, los extranjeros están sacando sus inversiones de Cetes, considerados los activos más fáciles de intercambiar por dinero. Al 9 de julio tenían 200 mil millones de pesos, la menor cantidad desde el 1 de marzo de 2018.