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El llamado que hizo un grupo llamado Alliance for American Manufacturing en Estados Unidos para restringir las importaciones de autos chinos provenientes de México o de Canadá no afecta los planes de BYD para abrir una fábrica en México, pues su intención es atender el mercado nacional, y no exportar hacia la Unión Americana.
Ray Zou, presidente de BYD México, dijo que la planta que están evaluando abrir no tiene como meta la exportación de vehículos a EU, pues estará enfocada en atender al mercado local.
“México es un mercado importante para BYD. Tenemos un alto interés en la producción local, pero la fábrica que estamos considerando es sólo para México, no tenemos intenciones de exportar hacia Estados Unidos o Canadá. Nuestra intención es enfocarnos en México, invertir en México y producir un auto sólo para México”, dijo Zou en entrevista con EL UNIVERSAL.
BYD está evaluando dónde y cuándo abrir su planta, pero ya se mencionan algunos estados como posibles receptores de esa inversión como Nuevo León, San Luis Potosí o Querétaro.
“Lo anunciaremos cuando tengamos una conclusión. Aún no tenemos una fecha exacta de apertura, pero estamos muy avanzados en la evaluación para la producción local”, agregó.
Respecto a la posible aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos a los vehículos importados de China, Zou reiteró que no les preocupa, porque no tienen intenciones de exportar a ese país.
En tanto, BYD considera que puede vender entre 40 mil y 50 mil vehículos en el mercado mexicano en 2024.
Respecto a las restricciones a los autos chinos en Estados Unidos, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) comentó que los que se comercializan en el país no se fabrican en México sino en el país asiático, y tampoco se exportan a la Unión Americana.
Y si una armadora china se instala en México, como BYD, tampoco habría un riesgo, ya que para exportar hacia EU bajo las reglas del T-MEC tendrían que cumplir con el valor de contenido regional de 75%.
“Es una discusión muy fuerte en Estados Unidos. Creemos que es una discusión desinformada, en términos de que no tienen los datos reales sobre lo que está aconteciendo y es más un discurso político electoral”, explicó Odracir Barquera, director general de AMIA.
“Tenemos un tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá en donde están establecidas no sólo las reglas de origen, que son las más altas de cualquier tratado en el mundo, con 75%, sino también requerimientos de contenido laboral y ciertos requerimientos sobre las compras de acero y aluminio”.
Destacó que el T-MEC es el instrumento legal sobre el cual se da el comercio automotriz entre los tres países, y mientras haya cumplimiento de todos los requisitos que están plasmados en el tratado, ninguno de los tres países tendría por qué rechazar la producción de alguno de los otros dos.
Trump, un riesgo
La Alliance for American Manufacturing solicitó que se impongan aranceles a los automóviles importados de China, incluyendo eléctricos y de gasolina, a través de la Sección 301 impuesta en 2018 en EU.
También exhorta a los negociadores comerciales de Estados Unidos a excluir de los beneficios del T-MEC a cualquier empresa automotriz que cuente con alguna participación del gobierno chino o sus empresas afiliadas, las cuales instalarían plantas en México o Canadá para evitar aranceles estadounidenses.
Actualmente los autos chinos pagan un arancel de 27% para entrar al mercado de la Unión Americana.
Recientemente, el senador republicano Josh Hawley presentó una iniciativa para imponer aranceles de 125% a los vehículos fabricados en China que intenten ingresar a su país a través de México.
Jorge Molina, consultor en comercio internacional, dijo que los estadounidenses sí pueden imponer aranceles a los autos chinos, ya que es una facultad del Congreso, a través de una ley, y el presidente la puede aprobar o vetar.
Pero bajo ese escenario, China podría recurrir al mecanismo de solución de controversias de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En caso de endurecer las reglas del T-MEC durante la revisión del tratado en 2026, se puede incluir un candado adicional a las reglas de origen para excluir a las armadoras chinas, aunque esto “no tendría precedente en ningún tratado”.
“Sí podrían hacer algo, más aún si gana Trump o si los republicanos continúan controlando una de las dos cámaras del Congreso”, advirtió Molina.