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Los defensores del bitcoin lo estaban esperando con los brazos abiertos en Miami.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, iba a ser una de las principales figuras de la Conferencia Bitcoin 2022, el mayor evento mundial de la criptomoneda.
Pero a último minuto el mandatario canceló la visita por "circunstancias imprevistas" que requerían su presencia en un país que permanece bajo estado de excepción desde el 27 de marzo, luego que se reportaran más de 80 asesinatos en un fin de semana.
Un estado de excepción que restringe las libertades individuales en el contexto de una campaña gubernamental contra las pandillas o maras salvadoreñas, que incluye, entre otras medidas, encarcelamientos masivos, restricciones a la prensa y cambios legislativos para que niños de 12 años puedan ser juzgados como adultos.
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Esta crisis interna se produce justamente al cumplirse seis meses desde que el bitcoin se convirtió en una moneda de curso legal en El Salvador, un país de 6,5 millones de habitantes donde una de cada cuatro personas vive en la pobreza.
Que sea de curso legal significa que, teóricamente, todas las personas pueden hacer transacciones con bitcoin, de la misma manera en que se utiliza el dólar, la moneda oficial de El Salvador desde hace dos décadas.
Promovida por Bukele, la criptomoneda forma parte de una narrativa que coincide con la de los criptoevangelistas que consideran a la divisa digital como el símbolo de la libertad frente a "la tiranía del dólar".
Especialmente en EE.UU. donde el mercado de las criptomonedas se ha revestido de un sustento ideológico defendido por republicanos radicales y anarcocapitalistas que ven en el bitcoin la manera más eficaz de deshacerse de los bancos centrales y disminuir el control del Estado, bajo la promesa de que todos pueden volverse ricos cuando el precio de la divisa llegue a niveles estratosféricos.
El "bono volcán"
Aunque Bukele no llegó a la conferencia mundial de bitcoin en Miami Beach, el que sí llegó fue su criptovolcán. Y con humo artificial saliendo desde su interior.
En el centro de uno de los salones del evento montaron una gigantesca representación del volcán salvadoreño que ahora forma parte de la iconografía bitconiana.
Lo que viene ahora, según lo anunció el gobierno, es un ambicioso proyecto: endeudar al país en bitcoin, es decir, emitir un bono en el mercado internacional, como lo hace cualquier Estado que requiere financiarse, aunque en este caso el bono estaría respaldado en la criptomoneda.
Un bono que, si llega a emitirse, aumentaría la gigantesca deuda pública de El Salvador que actualmente es del 85% del Producto Interno Bruto (PIB).
Si te estás preguntando por qué le dicen "bono volcán", la razón es bastante sencilla: la mitad del dinero del bono sería utilizada para comprar más bitcoin y la otra mitad para financiar el inicio de la construcción de una ciudad a los pies delVolcán de Conchagua llamada Bitcoin City.
"Crearemos el refugio para la libertad"
Bukele anunció por Twitter a mediados de febrero el envío al Congreso de una batería de reformas legales que incluye otorgar la ciudadanía a empresarios que inviertan en el país centroamericano y otras iniciativas para favorecer la llegada de capitales externos.
"El plan es simple: mientras el mundo cae en la tiranía, crearemos un refugio para la libertad", decía el mensaje.
https://twitter.com/nayibbukele/status/1495278787684179973
Ese refugio para la libertad que señala Bukele, contempla la construcción de Bitcoin City, una especie de urbe futurista que utilizaría energía geotérmica generada por el volcán, la misma que alimentaría a las potentes redes de computadoras que se usan para crear (o minar) nuevos bitcoin.
Bajo este discurso, el volcán se convierte en la pieza clave que no solo permite darle vida a una criptociudad, sino también al futuro de las finanzas públicas de una nación que, con el aumento del valor del bitcoin, se transformaría en un país rico.
El Salvador será entonces la capital mundial de la criptomoneda y Bitcoin City, una ciudad libre de impuestos donde todos los inversores extranjeros y locales podrán crear su propio paraíso terrenal con cero emisiones contaminantes gracias a la energía volcánica.
Justamente el volcán se ha transformado en la imagen que representa "el refugio para la libertad" bukeleano que tanto celebran los criptoevangelistas.
¿Qué ha pasado con el bono?
El gobierno anunció que el bono volcán sería emitido, posiblemente, a mediados de marzo. Pero hasta ahora no ha ocurrido y las autoridades advirtieron que la decisión depende del contexto internacional, aludiendo a la guerra en Ucrania.
"Esto es una cuestión de timing, de ir viendo, midiendo las tendencias del mercado, qué está en boga y básicamente a partir de eso salir", declaró hace unas semanas el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, mientras crece el escepticismo sobre si alguna vez se concretará la emisión de deuda.
Así las cosas, mientras el gobierno no consiga los fondos internacionales, el sueño de obtener energía geotérmica del Volcán Conchagua y de construir Bitcoin City tendrá que seguir esperando.
El peligro de "bitconizar" las finanzas públicas
Los que están en el mercado de las criptomonedas tienen claro que el precio del bitcoin se dispara y cae en picada moviendo miles de millones de dólares de la noche a la mañana.
A los grandes fondos de inversión o los multimillonarios que han hecho sus apuestas en este mercado no les quita el sueño cuando el precio baja porque están convencidos de que volverá a subir. Al fin y al cabo, están acostumbrados a los vaivenes de la bolsa de valores y cuando tienes un portafolio diversificado, siempre puedes perder por un lado y ganar por el otro.
Para ellos, el bitcoin es considerado como una inversión de alto riesgo y alto retorno si haces un buen negocio. Como en cualquier otro mercado, se trata de entrar en el momento adecuado y vender cuando es más conveniente.
Pero para un salvadoreño de escasos recursos económicos, el aumento y la caída de la divisa digital puede hacer la diferencia entre comer y no comer.
Medio año después de que la Asamblea Legislativa controlada por Bukele aprobara el bitcoin como moneda de uso legal en el país, su valor ha caído sustancialmente.
Algunos economistas calculan que en este período el país ha perdido más de US$7 millones, pero como el precio es tan volátil, ese cifra varía según la evolución diaria de la criptomoneda.
Los partidarios del gobierno argumentan que es incorrecto hablar de pérdidas cuando el gobierno no ha vendido sus bitcoin. El día que los venda, agregan, se harán efectivas las pérdidas o las ganancias. De todos modos, los criptoevangelistas postulan que el bitcoin será tan valioso en unos años, que la mejor estrategia es resistir los ciclos bajos y seguir acumulando.
Eso funciona cuando los inversores son empresas o individuos, pero ¿qué pasa cuando son los fondos públicos de un país?, ¿qué pasa si cambia el gobierno en las elecciones de 2024?, ¿o si la estrategia contra las pandillas no es lo suficientemente exitosa y el negocio se hunde por el clima de violencia?
¿Qué pasa si no funciona el plan de obtener energía geotérmica del volcán?
"La gente no lo ocupa"
Otra interrogante que da vueltas en el aire es si realmente los ciudadanos usan el bitcoin en su vida diaria y si reciben remesas en la criptomoneda de sus familiares en Estados Unidos.
El problema con la adopción del bitcoin en El Salvador, le dice a BBC Mundo la economista salvadoreña Tatiana Marroquín, es que "solo un minúsculo grupo de personas" utiliza la divisa digital en el país.
"Este proyecto ha sido fallido, porque si el principal objetivo era que la población utilizara bitcoin en el día a día, no lo hace. La gente no lo ocupa".
La economista explica que poco después de que se aprobara la Ley Bitcoin, muchos salvadoreños con teléfono celular bajaron la aplicación para poder recibir un bono de US$30 entregado con el fin de incentivar las transacciones con la criptomoneda.
Sin embargo, "la mayoría de las personas no volvió a utilizar la aplicación después de cobrar el bono", apunta.
A Marroquín le preocupa la utilización del bitcoin por "la poca transparencia en el uso del dinero público", precisamente cuando el país tiene que pagar cerca de un 30% del presupuesto para este año en intereses y capital de deuda pública.
"La carga por el pago de deuda es bastante grande, similar a lo que se destina a salud y educación", argumenta.
Las dudas sobre la billetera digital
En El Salvador la palabra "chivo" se usa como sinónimo de algo bueno, para decir "estoy de acuerdo" o "me gusta" y la expresión ¡qué chivo! se utiliza para manifestar admiración o alegría.
De ahí entonces que el nombre de la billetera electrónica que utiliza el gobierno para almacenar los bitcoin es Chivo Wallet.
Es que de la misma manera en que los dólares se depositan en un banco, los bitcoin (representados en códigos) se guardan en billeteras o monederos digitales desde donde se hacen las transacciones.
Esta billetera ha sido objeto de críticas porque algunos usuarios informan haber perdido dinero en operaciones que nunca realizaron. Pero a nivel de las finanzas públicas, la billetera ha sido blanco de duros cuestionamientos por las dificultades que existen para que los salvadoreños puedan hacer un seguimiento del destino de los fondos que pagan los contribuyentes.
Según el medio de comunicación salvadoreño, El Faro, la Chivo Wallet pertenece a la empresa Chivo SA de CV, "una sociedad anónima fundada con fondos públicos".
"Chivo SA de CV nació con una inversión inicial de US$60 millones provenientes del Banco de Desarrollo de El Salvador (Bandesal), cantidad destinada exclusivamente para la compra de bitcoins".
Al tratarse de una empresa privada, explica la publicación, "no está obligada a cumplir con las regulaciones de la Ley de Acceso a la Información", lo que hace más difícil la fiscalización de sus operaciones.
BBC Mundo contactó al gobierno de El Salvador, pero no obtuvo respuesta.
La respuesta de Bukele al FMI: Los Simpson
Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) han criticado la decisión del gobierno salvadoreño de adoptar el bitcoin como una moneda de curso legal.
"Hay grandes riesgos", le dice a BBC Mundo Alina Carare, jefa de Misión del FMI en El Salvador.
La economista argumenta que la criptomoneda puede amenazar la estabilidad financiera del país y asegura que le preocupa especialmente "la volatilidad de su precio".
Por esos motivos, agrega, "no lo recomendamos".
Por otro lado, las criptomonedas podrían abrir la puerta al dinero ilícito, la financiación del terrorismo o la evasión de impuestos, dice Carare, como también poner en riesgo a los usuarios ante eventuales ciberdelitos.
A las críticas que ha hecho el FMI, Bukele respondió comparando al organismo con la serie de televisión, Los Simpson.
https://twitter.com/nayibbukele/status/1486162932224479235
De la misma manera en que es un misterio si algún día El Salvador construirá Bitcoin City, tampoco se sabe hasta cuándo el mundo de los bitcoiners seguirá utilizando el Volcán de Conchagua como el ícono de la libertad frente al dólar.
De cualquier modo, si se trata de símbolos, al menos ya existe una estatua que representa el apoyo de Miami a las criptomonedas: el toro con ojos de rayo láser, un paralelo bitconiano en respuesta a la legendaria estatua del toro de Wall Street.
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