El entorno de bajas tasas de interés y alta competencia que ha favorecido la colocación de vivienda en México se mantendrá al menos hasta 2022, dijo el economista en jefe para BBVA México, Jorge Serrano.
En la presentación del estudio sobre la situación inmobiliaria en México correspondiente al segundo semestre de 2021, el especialista recordó que actualmente las tasas hipotecarias se mantienen en rangos históricamente bajos, en un promedio de 9.08%, con lo que las condiciones para comprar un inmueble en el país siguen siendo positivas para la población.
Serrano recordó también que el segmento inmobiliario tiene el impacto de tasas a largo plazo más allá que los efectos inmediatos en la política monetaria del Banco de México , que ha entrado en una racha alcista ante el crecimiento de la inflación.
“Anticipamos que las tasas de largo plazo, en particular el Bono a 10 años , van a seguir en estos niveles todo este año y el que viene, por lo que las condiciones crediticias van a seguir buenas”, dijo.
En ese entorno, estimó que el crédito hipotecario en México podría terminar en 2021, con crecimientos de 12 a 14%, aún atado a la recuperación económica y del empleo; sin embargo, ha sido el único producto bancario que ha mantenido un fuerte desempeño aún en los días más complicados de la pandemia de Covid-19, impulsado en gran medida por el buen comportamiento del segmento residencial.
“El segmento residencial ha apuntalado la recuperación de la actividad hipotecaria bancaria, solamente mostró tasas cero o decremento en junio y julio de 2020 durante el confinamiento de la primera ola, posteriormente recuperó su aceleración alcanzando una tasa máxima de crecimiento de 37.3%.
Es necesario tomar con cautela estas tasas de crecimiento ya que no son sostenibles a largo plazo porque por un lado contienen un efecto estadístico de una base menor y por otro el financiamiento en el segmento residencial pronto llegará a su máximo”, explicó.
En el actual escenario de vivienda en México, Serrano explicó que los precios acumulan una variación anual al alza de 7.8%, con un precio por vivienda promedio de un millón 324 mil pesos.
Sobre el sector de la construcción , Serrano detalló que se espera que cierre el año con un crecimiento de 9%, donde la mejora en el empleo y la disposición a invertir por parte de las empresas constructoras apoyan el buen dinamismo.
En tanto, se espera que el sector se recupere vía la edificación por mayor actividad industrial y comercial.
“El riesgo está presente ante el aumento de los precios de los insumos y la ausencia de una inversión significativa en infraestructura”, añadió.
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