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El Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoraron las proyecciones para la economía mexicana en este año, de acuerdo con las actualizaciones de sus informes sobre perspectivas globales.
Según las nuevas proyecciones que dio a conocer ayer el BM en su nuevo reporte de Perspectivas Mundiales, la tasa de crecimiento de México será de 2.5% este año, es decir, un ajuste al alza en comparación con la estimación de abril pasado, de 1.5%.
Para el próximo año, el BM espera que México siga creciendo a un ritmo de 1.9%, desde un pronóstico previo de 1.8%, mientras que para 2025 la expectativa quedó igual, en 2%.
De acuerdo con el organismo, el crecimiento en América Latina y el Caribe se desacelerará aún más en 2023, a 1.5%.
Además, explicó que se prevé que el escaso crecimiento en las economías avanzadas incida en la demanda de exportaciones.
En el plano global, el BM proyecta un avance de 2.1% en 2023, ante un entorno de difíciles condiciones financieras mundiales y una demanda externa moderada que incidirán en el crecimiento en mercados emergentes y economías en desarrollo.
El economista en jefe y vicepresidente del Grupo Banco Mundial, Indermit Gill, advirtió que la economía mundial está en una situación muy precaria.
Con excepción de Asia oriental y meridional, “estamos muy lejos de alcanzar el dinamismo necesario para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano”, alertó.
Inflación moderada
Por separado, la OCDE también mejoró las estimaciones de crecimiento de México para 2023, al considerar que crecerá 2.6%, desde 1.8% que pronosticó en marzo pasado.
Para 2024, el organismo mantuvo la expectativa de que la expansión de la economía mexicana será de 2.1%.
En su Panorama Económico 2023, la OCDE expuso que luego de que la inflación del país llegó a 7.9% en 2022, bajará a 5.9% al cierre de este año y en 2024 se reducirá a 3.7%.
Este año, “el consumo estará respaldado por la mejora del mercado laboral, pero se verá frenado por la alta inflación. La inversión se beneficiará por la reducción de cuellos de botella en cadenas de valor mundiales y la reubicación de la actividad manufacturera a México”, dijo.
Sin embargo, señaló que, si bien la política monetaria mexicana debe seguir restrictiva para que baje la inflación, es necesario que los subsidios a los combustibles para mitigar el impacto en precios se dirijan al gasto para educación e infraestructura.