Por el cierre de instituciones educativas, se prevé que 120 millones de niños en edad escolar en América Latina y el Caribe (ALyC) habrían perdido un año completo de educación presencial, estimó el Banco Mundial (BM).
En un nuevo reporte difundido ayer, indicó que se han perdido en promedio 159 días lectivos de educación en aulas al final del año escolar 2020 en la región.
Los costos económicos a futuro por las pérdidas de aprendizaje podrían traducirse en ingresos estimados hasta en mil 700 millones de dólares, equivalentes a 10% de ingresos totales, calculó.
La institución advirtió que, con ello, uno de los impactos de esta crisis educativa sin precedente es que aumente la pobreza de aprendizaje, que se define como el porcentaje de niños de 10 años incapaces de leer y comprender un relato simple.
Así, se estimó que dicha pobreza podría haber crecido más de 20%, al pasar de 51% a 62.5%, lo que equivaldría a 7.6 millones adicionales de niños y niñas en educación primaria “pobres de aprendizaje” en la región.
En el informe Actuemos ya para proteger el capital humano de nuestros niños: Los costos y la respuesta ante el impacto de la pandemia de Covid-19 en el sector educativo en América Latina, el BM hace un llamado urgente para mitigar y revertir los efectos.
Los países de la región deben prepararse para la reapertura segura y efectiva de las escuelas a escala nacional, con el financiamiento necesario y las herramientas para que puedan abrir sin inconvenientes, consideró.
Destacó que se trata, sin duda, del mayor shock jamás experimentado por el sector educativo en el planeta.
Desde la aparición del primer caso, a principios de 2020, la mayoría de los sistemas educativos se enfrentaron a un cierre repentino de las instituciones en todos los niveles como medida sanitaria para controlar la propagación del coronavirus, ponderó.
No hay tiempo que perder, advirtió el BM, al señalar que los países de la región deben garantizar mediante políticas y financiamiento adecuados que sus sistemas educativos estén listos para una reapertura segura y efectiva de escuelas a escala nacional para acelerar el proceso de recuperación y remediación de efectos negativos de la pandemia.
Sobre las pérdidas, el documento calcula que en ALyC podrían ser equivalentes a casi 1.3 años de escolaridad ajustados por la calidad del aprendizaje.
Además, 71% de los estudiantes del primer ciclo de educación secundaria podrían caer por debajo del nivel mínimo de rendimiento, de acuerdo con el puntaje en la prueba PISA, desde un nivel pre-Covid-19 de 55%, lo que implica que más de dos de cada tres estudiantes del primer ciclo de educación secundaria no serían capaces de comprender un texto de extensión moderada.
Los países que permanezcan con sus escuelas cerradas por tres meses adicionales podrían alcanzar pérdidas de 1.7 años, y más de tres de cada cuatro adolescentes promediando su educación secundaria podrían caer debajo del nivel mínimo de rendimiento.
A mediano y largo plazos, esto se traduciría en enormes pérdidas en capital humano y productividad, ponderó.