BBVA México
estimó una caída del Producto Interno bruto (PIB) en un rango de 6 hasta 12%, ante un fuerte impacto por la pandemia de Covid-19 que ha paralizado la actividad tanto en el país y Estados Unidos.
Según la firma, en este momento su pronóstico puntual es una reducción de 7% de la actividad económica del país; sin embargo, la profundidad final de la recesión dependerá de la duración de las medidas de aislamiento social y del cierre de actividad económica en México, la eventual reapertura de la economía de Estados Unidos y la fuerza de su recuperación, así como la implementación y rapidez de políticas económicas contracíclicas por parte del gobierno.
“Si bien las medidas anunciadas ayer por Banco de México evitarán un mayor deterioro y sobretodo atacan los problemas procíclicos de iliquidez en los mercados financieros, no representan un impulso monetario, y con una tasa en 6% la postura monetaria se mantiene restrictiva; además, sigue ausente una respuesta fiscal y el grado y persistencia del eventual levantamiento de las medidas de confinamiento”, explicó BBVA.
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En ese entorno, la firma estimó una pérdida de 893 mil a 1.1 millón de puestos de trabajo, cifra que potencialmente puede ser mayor en la medida que el periodo de distanciamiento social sea mayor, la reactivación económica sea más lenta, y de la ausencia de medidas que ayuden a mitigar la destrucción de empleos.
“Bajo este escenario prevemos que podríamos recuperar y superar los niveles de empleo que alcanzamos en noviembre de 2019 hasta finales de 2023. Se estima que la tasa de desempleo se ubicará en un rango de 4.6% a 6%, esto implicaría sumar de 750 mil a 1.5 millones de desocupados adicionales a los 2 millones reportados en el cuarto trimestre de 2019”, explicó.
En ese sentido, dijo que este incremento sustancial en la tasa de desempleo, a pesar de la absorción esperada de empleo que hará el sector informal, se explica principalmente por el efecto duradero del fuerte choque ocasionado por la crisis económica derivada de la pandemia y para la cual no se prevé una respuesta adecuada de política fiscal.
“Cabe resaltar que las condiciones del mercado laboral se pueden agravar en la medida que la caída del PIB sea más profunda, es por ello que se requiere de gran flexibilidad y adaptabilidad de la política económica para evitar que la destrucción de empleo se convierta en un problema estructural en donde posiblemente las relativas altas tasas de desempleo e informalidad sean más difíciles de revertir”, añadió.
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BBVA México reiteró que es prioritario implementar acciones de política económica y social que mitiguen las consecuencias de la pandemia sobre las personas, priorizando a la población más vulnerable.
“Reafirmamos que es necesario reconsiderar un plan de reactivación económica que atienda de manera integral tanto a trabajadores, empresas y población en general, para lo cual se debe contemplar transferencias de efectivo a personas que han perdido su empleo o que derivado de la paralización económica no perciben o han reducido sus ingresos, priorizar estímulos fiscales a empresas que más lo requieren, condicionados a no despedir empleados y que permitan afrontar las obligaciones de corto plazo a las empresas”, dijo.
En el mismo sentido, dijo que debe de existir una reorientación del gasto público para fortalecer la atención de la pandemia y a proyectos con alto impacto económico y social que reactiven a las economías locales y posponer proyectos no rentables.
“Restaurar la confianza de la inversión. Una reforma fiscal con una mayor progresividad, que por un lado, siente las bases para cambiar el contrato social y, por otro, envíe la señal de sostenibilidad en las finanzas públicas a pesar del inevitable aumento en la deuda como porcentaje de PIB y por la necesaria e impostergable implementación de una política fiscal contracíclica”, dijo.
vcr