La cercanía con Estados Unidos y el acuerdo comercial con ese país ponen a México en ventaja frente a otras naciones para participar en la fabricación de baterías de litio para autos eléctricos.
Estados Unidos tiene como meta que la mitad de los coches vendidos en su territorio en 2035 sean eléctricos, lo que representa una oportunidad para que México se integre a la cadena de producción de baterías de litio o, incluso, atraer la inversión de una planta dedicada a fabricarlas.
Sin embargo, de todos los países con los que Estados Unidos tiene un acuerdo de libre comercio, sólo tres tienen una industria automotriz consolidada: Canadá, México y Corea del Sur.
Además, para fabricar baterías de litio se debe detonar la explotación del mineral en el país.
En abril se reformó la ley minera para permitir la nacionalización del litio y se creó la empresa estatal LitioMX para controlar la exploración, extracción y utilización del mineral.
Hubo acercamientos con la industria automotriz y, según declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, hay planes para establecer un polo energético en Sonora, con miras a impulsar la producción de vehículos eléctricos en el país, aprovechar la energía solar del proyecto Puerto Peñasco y el litio producido en el estado.
Reservas
Lo cierto es que el país aún no es un productor de litio y no hay una estimación precisa de las reservas totales ni de dónde se ubican.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que México tiene 1.7 millones de toneladas de reservas de litio, ubicándose en el noveno lugar mundial en reservas de ese mineral.
De acuerdo con Jorge Molina, académico del Tec de Monterrey, una batería necesita ocho kilos de litio, por lo que los países con altas reservas de este mineral, como China, se han posicionado como los principales fabricantes.
“El decreto de la creación de la empresa LitioMX es como crear un Pemex, donde se le da la exploración, explotación y aprovechamiento del mineral, pero no sabemos con qué inversión lo va a hacer. Hasta el momento, en el Proyecto del Presupuesto de Egresos [de la Federación] no hay asignación para LitioMX”, dijo.
Por lo tanto, el país está lejos de procesar el mineral para atraer inversiones de las empresas.
El consultor calculó que hacer la prospección de las reservas para iniciar con la extracción del mineral podría tomar de uno a dos años y la industrialización del mineral otro año y medio, por lo que empezar a producir el litio en la presentación que se necesita para la fabricación de baterías podría tomar unos tres años.
Los retos
Para fabricar las baterías también se requiere un ambiente propicio para la inversión pública y privada. Óscar Ocampo, coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), señaló que el país debe ser más competitivo en infraestructura logística en la región fronteriza y el Bajío, contar con mano de obra altamente calificada y fortalecer el Estado de derecho.
“Que el país sea predecible, con reglas que el inversionista sepa que no van a cambiar”, destacó. Además, se requiere ser competitivo en energía.
“El principal riesgo que enfrentan los parques industriales y, eventualmente, el ensamble de baterías de litio es el acceso a energía limpia, con un suministro ininterrumpido y a precios competitivos”, afirmó Ocampo.
Si América del Norte quiere mantenerse como la región más competitiva, México debe estar en condiciones de ser productor de vehículos eléctricos y exitoso en la cadena de valor del litio.
¿Cómo se fabrican estos componentes para autos?
El componente esencial de un auto eléctrico es la batería, ya que en ella se almacena la energía para transmitirla al motor, pero ¿cómo se fabrica esta pieza?
Litio, níquel, manganeso y cobalto son los cuatro minerales clave para fabricar la batería de un coche eléctrico. Tras su extracción, se tratan de manera química para conseguir el material activo, cuyas reacciones permiten almacenar y disponer de energía, de acuerdo con el Centro de Investigación y Desarrollo de Baterías de SEAT, ubicado en el sur de Europa.
Con el material activo se crean los electrodos, es decir, los elementos que almacenan la energía, mismos que se encapsulan en las celdas.
Las celdas son la unidad mínima de almacenaje de energía. En ellas se agrupan el electrodo positivo (ánodo) y el negativo (cátodo) con un separador que evita el contacto entre ellos. Estos electrodos traspasan la energía. Cada celda tiene una tensión eléctrica de 3.7 voltios. Es el equivalente a lo que necesita una lámpara led.
Sin embargo, para mover un coche eléctrico se requieren 400 voltios, por lo que es necesario conectar casi 300 celdas en serie.
Para interconectar las celdas se juntan en módulos. Las celdas tienen el tamaño de un celular, mientras que los módulos tienen el tamaño de una caja de zapatos.
Los módulos unidos en paquete forman una batería, la cual alcanza el tamaño de un colchón individual.
Una vez conformados los módulos se suma el sistema de refrigeración y las carcasas. Es entonces cuando ya hay una batería lista para ser ensamblada en un vehículo.
En SEAT las baterías se someten a una media de 17 mil 500 horas de exámenes y simulaciones como pruebas de clima.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.