Al ratificar que la economía global crecerá 3.2% este y el siguiente año ante la resiliencia que ha mostrado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró que la batalla contra la inflación está casi ganada.
Pero advirtió que en algunos países aún persisten presiones sobre los precios, por lo que hace falta un triple pivote de políticas para seguir el proceso de desinflación hacia las metas.
En el reporte de Expectativas Económicas Mundiales (WEO por sus siglas en inglés) titulado “Cambio de política, amenazas en aumento”, que dio a conocer este martes en vísperas de las reuniones anuales de otoño, se espera un avance del 3.2% al cierre del 2024, es decir sin cambio.
Mismo porcentaje para el 2025, lo que implica una revisión a la baja de 0.1 puntos porcentuales en comparación al WEO de julio pasado.
Así, el crecimiento se mantendría prácticamente estable, desacelerándose del 3.3% en 2023 al 3.1% en 2029, según los nuevos pronósticos del organismo que preside Kristalina Georgieva.
Las mejorías las encabeza Estados Unidos en el grupo de economías avanzadas con ajustes al alza de 0.2 y 0.3 puntos porcentuales para 2024 y 2025 al quedar en 2.8% y 2.2%, respectivamente.
De las emergentes asiáticas seguirá liderando el crecimiento India con 7% y 6.5% para este y el siguiente año, es decir sin variación.
China registrará un recorte de 0.2 puntos porcentuales para el 2024 al bajar a 4.8% su PIB y se mantiene la estimación de 4.5% para el 2025.
Las revisiones considerables se dieron especialmente para los países en desarrollo de bajos ingresos, a menudo como resultado del aumento de los conflictos, explicó el Fondo.
Según el documento del FMI, tras alcanzar un máximo del 9.4% interanual en el tercer trimestre de 2022, se prevé que las tasas de inflación general lleguen al 3.5% a fines de 2025, por debajo del nivel promedio del 3.6% entre 2000 y 2019.
Lo anterior, en un contexto en el que la economía mundial se mantuvo excepcionalmente resistente durante todo el proceso desinflacionario, evitando una recesión mundial.
Para el organismo, si bien la caída global de la inflación es un hito importante, los riesgos a la baja están aumentando y ahora dominan las perspectivas.
Entre ellas, una escalada de los conflictos regionales, una política monetaria restrictiva durante demasiado tiempo, un posible resurgimiento de la volatilidad en los mercados financieros con efectos adversos en los mercados de deuda soberana, una desaceleración más profunda del crecimiento en China y el continuo aumento de las políticas proteccionistas.
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