Descartan relajamiento
El director para América Latina de Moody's Analytics, Alfredo Coutiño, descarta que la autoridad mexicana baje su tasa de 4% este año, pues detonaría una inflación más alta que la actual.
Anticipa que México terminará 2021 con una inflación de 5.8%, por lo que Banxico continuará siendo el banco central que más lejos seguirá de su objetivo de 3%. Le seguirá Brasil, donde estima una inflación de 5.5% y la meta yace en 3.75%.
También calcula que la economía mexicana crecerá 4.8% durante este año, tras desplomarse 8.2% en 2020, siendo la última de este grupo en alcanzar los niveles de actividad que tenía antes de la pandemia.
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Para Coutiño, Banxico persigue un objetivo más ambicioso que el resto de bancos centrales, pues la inflación estructural ha demostrado ser más cercana a 4% que a 3% en las últimas dos décadas.
Desde su punto de vista, el impuesto de los pobres es más alto en México debido al exceso de dinero que circula en la economía y porque existen sectores, como el bancario y energético, donde hay poca competencia y sólo unas cuentas empresas determinan los precios.
¿Objetivo dual?
Ante esto, el banco central tiene que aplicar una política monetaria más astringente para eliminar presiones de la demanda sobre los precios, con el fin de lograr su cometido de 3%, lo que implica una restricción de financiamientos y un mayor costo de los mismos mediante la tasa de interés aplicada a tarjetas de crédito y préstamos hipotecarios, automotrices, entre otros.
El objetivo tiene un horizonte de largo plazo, por lo que posiblemente cuando el país tenga un mercado más competitivo, en 10, 20 o 30 años, pueda conseguir una inflación estructural más cercana a 3%, explica Coutiño.
“La meta no está mal, pero habría que reevaluar si la política monetaria de Banxico sigue teniendo un solo objetivo, que es la inflación, o bien, si se le asigna uno doble: inflación y crecimiento económico, lo que ha demostrado ser una política más efectiva en otras naciones”, dice.
En su opinión, se le pueden atar las manos al Estado para que no atente contra la autonomía del banco central, asignándole al gobierno un mandato que sujete la política fiscal a una disciplina constitucional.
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“Si el gobierno está dispuesto a aceptarlo, el mandato doble de Banxico sería el instrumento para que el gobierno apoye y enfoque la política económica al verdadero servicio de preservar el bienestar de los mexicanos”.
En su reciente comunicado de política monetaria, Banxico reiteró su estimación de que la inflación convergerá a la meta de 3% en el segundo trimestre de 2022.
“No coincido con Banxico, pienso que tomará dos años o más alcanzar el objetivo y no se debe descartar la posibilidad de que la inflación se estanque alrededor de 4% el resto del sexenio”, concluye Coutiño.