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La incertidumbre interna, la corrupción e inseguridad están afectando a la inversión y el consumo privado, advirtió el Banco de México (Banxico).
El estancamiento de la economía es reflejo de la desaceleración del consumo y atonía de la inversión, ponderó el banco central.
Así lo pusieron de manifiesto en lo general y en lo particular los miembros de la Junta de Gobierno durante la reunión de política monetaria del pasado 15 de agosto en la cual decidieron, por mayoría, bajar en un cuarto de punto la tasa de referencia para dejarla en 8%.
En la minuta número 69 se da cuenta del voto disidente del subgobernador Javier Guzmán, al considerar que se debería mantener el nivel restrictivo del costo del dinero en 8.25%.
Al referirse a los riesgos internos, la mayoría de los integrantes del órgano colegiado destacó la persistencia del ambiente de incertidumbre que ha impactado a la inversión privada, derivado de decisiones de políticas públicas de la nueva administración y de preocupaciones por la inseguridad y corrupción.
Un miembro expresó que la evolución de la inversión es preocupante, ya que después de permanecer estancada de mediados de 2015 a mediados de 2018, ha mostrado cada vez más una pronunciada tendencia a la baja, alcanzando recientemente niveles similares a los observados en julio de 2014.
Añadió que este comportamiento afecta al crecimiento potencial y se deriva en parte del fuerte descenso que ha mostrado la inversión pública.
En tanto, la inversión privada se ha visto frenada por la elevada incertidumbre que prevalece en el país, en parte como resultado de factores externos, pero aparentemente en mayor medida por la insuficiente claridad de algunas políticas públicas y un entorno interno que se percibe, en general, desfavorable para la inversión.
Otro integrante de la Junta de Gobierno enfatizó una mayor disminución en los ingresos públicos.
El dato más reciente a mayo de 2019 fue de 0%, en donde el consumo de bienes duraderos ya registra variaciones anuales negativas.
Otro más ponderó que esta debilidad se ha dado a pesar de que aún crece la recepción de remesas y la masa salarial.
Durante la reunión se externó la preocupación por la desaceleración secular en el ritmo de crecimiento del consumo privado que se ha registrado desde 2016.
La medida de tendencia-ciclo del índice de consumo privado, parece haber alcanzado un punto de inflexión a finales del año anterior sin corregir su dirección a la baja desde entonces.