El actual será un año histórico para la operación de los bancos. Por primera vez en mucho tiempo, las ganancias que obtiene la banca en México se verán reducidas por la pandemia del Covid-19, ante un incremento de reservas para mitigar el impacto de la emergencia sanitaria, así como el aumento del impago de clientes que perdieron la capacidad para cumplir con sus compromisos por la disminución de ingresos y el desempleo.
De enero a agosto de 2020, los 50 bancos que operan en México han registrado menores ingresos, por un total de 76 mil 800 millones de pesos. Es una reducción en términos reales de 32.6% respecto al mismo periodo de 2019, es decir 32 mil 700 millones de pesos menos, de acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
La Asociación de Bancos de México (ABM) ha sido clara. El apoyo a sus clientes no implica un sacrificio mayor de ganancias y los créditos que dejan de pagarse afectan directamente al ahorro de millones de cuentahabientes, por lo que se ha invitado a los usuarios a que, en la medida de sus posibilidades, continúen pagando sus préstamos.
“Si dejamos de cobrar un peso de capital, tenemos que prestar 38.50 pesos durante un año y cobrarlo para recuperar ese peso. Eso es con los datos que tenemos a julio, una rentabilidad de la cartera de 2.6%. Si esto se contrae y el rendimiento llega a 2%, tenemos que buscar 50 pesos para recuperar un peso.
“Esto se vuelve un círculo vicioso, porque no nos pagan capital, no ganamos suficiente dinero, tenemos que colocar más y se vuelve muy complejo en una situación económica tan grave como en la que tenemos”, ha manifestado el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera.
Ante este escenario, la autoridad mexicana ha dejado con carácter discrecional que los bancos puedan aplicar quitas, esto es el cobro de un menor monto del crédito, ante lo cual las instituciones financieras han explicado que por cada peso que prestan, 85 centavos pertenecen a los acreedores de la banca, es decir, los ahorradores, con lo que poner en riesgo ese dinero es delicado.
“Nos crea problemas de rentabilidad, de índices de capitalización e índice de liquidez y eventualmente problemas de solvencia. No es que la banca no use las quitas. Las hemos usado a lo largo de la historia, siempre, pero tenemos que ser muy conscientes y muy prudentes, reguladores, regulados y clientes, en que la solidez de la banca siga manteniéndose como parte de la solución y no se convierta en parte del problema”, añade.
Para la CNBV, las medidas que puedan aplicar los bancos con los clientes que tengan problemas para seguir pagando sus deudas deben ser muy cuidadosas de los recursos que dejan de cobrarse, ya que implican una pérdida para instituciones y usuarios.
“Las reestructuras no son de a gratis, no es dinero regalado, quienes las reciban, en un total, comparando la tabla de amortización original con la nueva, implican pagos nominales mayores para los deudores”, explica el presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Juan Pablo Graf.
El escenario en México es complicado para usuarios con algún tipo de crédito. Se espera que en los próximos meses se conozca realmente el impacto de la crisis en la gente que ya no podrá pagar sus deudas.
Para la agencia Fitch, el sector de menores recursos ya atraviesa estas complicaciones.
“Independientemente del mercado, los bancos especializados enfocados en microfinanzas o préstamos de consumo a corto plazo verán presiones de calificación más altas. En aquellos mercados donde terminó el periodo de alivio, el desempeño financiero de algunos bancos de microfinanzas e instituciones enfocadas en personas de bajos ingresos ya se ha deteriorado. Por ejemplo, en México, los bancos de microfinanzas han terminado sus programas de diferimientos antes y no participarán en las reestructuraciones”, explica la firma.