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Bancos de desarrollo y comerciales se han volcado en la financiación de proyectos sostenibles, con un abanico de productos financieros que van desde los bonos a los préstamos vinculados a objetivos de respeto al medioambiente.
El impulso a la agenda sostenible ha obligado al sector a cambiar sus estrategias, como ha quedado patente este miércoles durante la Semana de la Sostenibilidad organizada en la ciudad brasileña de Manaos por BID Invest, el brazo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) .
“Cuando empezamos a crear esta organización éramos una entidad que era monoproducto, mono moneda y todos los problemas de desarrollo se solucionaban con un préstamo a largo plazo en dólares", explica el gerente general de BID Invest, James Scriven, a EFE.
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Ahora, sin embargo, el banco trabaja en 12 países con moneda local y ofrece 28 productos más allá de los préstamos a largo plazo.
Uno de los más reseñables es el intercambio de deuda por naturaleza que se puso en práctica en las islas Galápagos de Ecuador y en Barbados, un instrumento por el que los países consiguen préstamos a intereses más bajos a cambio de compromisos medioambientales.
BID destaca caso de Chile como líder en innovación financiera
En otros lugares, la innovación financiera se ha puesto al servicio de la transición energética, como es el caso de Chile, donde BID Invest le propuso a la empresa Engie un modelo de incentivos para cerrar anticipadamente dos centrales de carbón.
La institución le hizo un préstamo con tasas de interés ajustadas a la cantidad de emisiones sustituidas por nuevos proyectos de energía limpia.
Por otra parte, los bancos de desarrollo no tienen por sí solos suficientes recursos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenibles marcados por la ONU, por lo que es fundamental que entidades financieras comerciales se suban al barco.
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Por esa razón, BID Invest ha puesto en práctica el modelo de “originar para compartir”, que consiste en encontrar proyectos sostenibles que den un buen rendimiento y en el que actores como fondos de pensiones o bancos comerciales estén interesados en coinvertir.
“Cuando logras crear, estructurar y mitigar los riesgos de un proyecto, logras atraer capital privado”, cuenta a EFE Fabio Fagundes, jefe de Productos Financieros y Servicios del banco.
La prueba de que el modelo funciona es que, según Fagundes, de los 50 mil millones de dólares comprometidos por el banco desde 2017, 30 mil millones son de BID Invest y el resto provienen de más de 300 inversores del sector privado.
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Entre los aliados de BID Invest en este nuevo modelo, está Citi, uno de los mayores bancos del mundo y que se ha marcado como objetivo movilizar un billón de dólares hasta 2030 para proyectos sostenibles.
“Todo lo que hacemos nosotros tiene que ser rentable para que pueda ser replicable. El BID, como banco de desarrollo, tiene un apetito de riesgo mayor, por lo que nos complementamos muy bien”, explica a EFE Jorge Rubio, jefe global de Finanzas Sociales de Citi.
Rubio destaca la necesidad de ser rigurosos a la hora de evaluar la apertura de una línea de crédito para un negocio para así evitar un impacto negativo sobre el medioambiente.
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“La manera de mitigar estos riesgos es teniendo procesos muy bien establecidos en donde involucramos a expertos para evaluar cada uno de los casos”, comenta Rubio.
Aún queda mucho por hacer para impulsar el financiamiento de proyectos sostenibles, como por ejemplo la creación de marcos regulatorios para los mercados de carbono, en los que las empresas compran y venden créditos asociados a emisiones contaminantes que han sido evitadas.
“El marco regulatorio lo que permite es crear una base de precio mínimo para el carbono que el mercado va a ajustar de acuerdo con la demanda y la oferta”, dice Fagundes, de BID Invest.
Según Fagundes, una vez establecido ese marco, “todas las puertas” se abrirán para la inversión.
jf/mg