El bajo crecimiento potencial de la economía global por los efectos de la pandemia de Covid-19 y la guerra en Ucrania podrían llevar a una década perdida a escala internacional, advirtió ayer el Banco Mundial (BM).

Se espera un estancamiento en América Latina y el Caribe por el descenso de la fuerza laboral en la medida en que se observen mejoras en México y avances en el nearshoring, estableció.

Un nuevo informe dado a conocer ayer muestra que el crecimiento potencial del Producto Interno Bruto (PIB) puede incrementarse hasta 0.7 puntos porcentuales y alcanzar una tasa media anual de 2.9% si los países adoptan políticas sostenibles y orientadas al crecimiento. De este modo, la desaceleración prevista se traduciría en una aceleración del crecimiento potencial del PIB mundial, consideró en el reporte Caída de las perspectivas de crecimiento a largo plazo: Tendencias, expectativas y políticas.

En el documento se presenta la primera evaluación integral de las posibles tasas de crecimiento de la producción a largo plazo después de la pandemia y la invasión rusa a Ucrania.

Estas tasas pueden considerarse el “límite de velocidad” de la economía mundial, de acuerdo con el organismo.

Al respecto, el economista en jefe y vicepresidente senior de Economía del Desarrollo del BM, Indermit Gill, advirtió que “dentro de poco podríamos estar ante una década perdida para la economía mundial”. Señaló que “la actual caída del crecimiento potencial puede tener grandes repercusiones en la capacidad del mundo para abordar la creciente variedad de desafíos específicos de nuestro tiempo: la pobreza persistente, los ingresos divergentes y el cambio climático”.

“Pero esta disminución es reversible”, agregó, “el límite de velocidad de la economía mundial puede elevarse mediante políticas que incentiven el trabajo, aumenten la productividad y aceleren la inversión”.

Las perspectivas de crecimiento potencial para América Latina y el Caribe son de un estancamiento entre 2022 y 2030, a medida de que México y Centroamérica muestren mejoras, compensando las disminuciones en Sudamérica y el Caribe.

A favor como efecto de la guerra, el organismo multilateral consideró que las cadenas de suministro de manufactura podrían impulsar la inversión en manufactura en algunos países de la región con el fenómeno llamado nearshoring.

Más pesimismo

Los comentarios del BM se suman a los realizados el domingo por la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.

En declaraciones en Beijing, en un discurso con motivo de su participación en el China Development Forum, reconoció que los riesgos para la estabilidad financiera han aumentado.

“En un momento de mayores niveles de deuda, la rápida transición de un periodo prolongado de bajas tasas de interés a tasas mucho más altas, necesarias para combatir la inflación, inevitablemente genera tensiones y vulnerabilidades, como lo demuestran los acontecimientos recientes en el sector bancario en algunas economías avanzadas”, apuntó.

Además, hace una semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que este año se acentuará la desaceleración en la región, lo que provocará que de 2014 a 2023 registre un menor crecimiento que en la llamada década perdida (1980-1989), advirtió.

La institución expuso que “luego de crecer 3.7% en 2022, se profundizará la desaceleración con un crecimiento de 1.3% en 2023, en una coyuntura sujeta a importantes restricciones”.


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