Hacia el cierre de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Banco del Bienestar replanteará algunos de sus objetivos y destinará presupuesto a una estrategia de inclusión financiera, lo que lo llevará a competir contra otras instituciones de la banca comercial.
De acuerdo con el documento Evaluación en materia de diseño. Programa presupuestario F035 de inclusión financiera, con fecha del pasado 31 de julio, la institución redefinirá la población a la cual se dirige su operación, la cual pasará de “personas que conforman el sector de atención del Banco del Bienestar” a “población de 15 años en adelante que se encuentra en zonas de influencia del Banco del Bienestar y no está bancarizada”.
“Dicha población incluye a los clientes y a las personas que reciben algún apoyo de los programas sociales que dispersa el banco. Se considera que una persona no está bancarizada si no cuenta con productos ni servicios financieros formales; asimismo, un producto y/o servicio financiero formal se refiere a cualquier cuenta de ahorro, crédito, seguros o ahorro para el retiro”, explica el documento.
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El ajuste se plantea en momentos en que el Banco del Bienestar ha registrado fallas recurrentes en sus cajeros automáticos, lo cual obliga a los beneficiarios de programas sociales, principalmente adultos mayores, a hacer filas afuera de las sucursales para cobrar su dinero.
Además, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) tiene registro de que los usuarios de la institución han reclamado 170.3 millones de pesos por mal servicio entre 2019 y marzo de este año, así como quejas millonarias también por posible fraude y registros de casos de robo de identidad.
Para cumplir su nuevo objetivo, el banco contará este año con un presupuesto enfocado a la inclusión financiera por 447 millones 662 mil pesos, y para 2024 estima un presupuesto de 472 millones 731 mil pesos.
En el texto, la dependencia propone diseñar un plan estratégico que considere las estimaciones de recursos necesarios para la atención de su población objetivo por un periodo mínimo de tres años.
Sólo para 2023, el Banco del Bienestar tiene la meta de atender a más de 33 millones de personas.
“Una vez delimitada dicha población, podrá precisarse la población potencial e identificar la atención de los grupos poblacionales diferenciados. Por su parte, los bienes y servicios son suficientes para la operación del programa, sólo que éstos deben ser planteados como bienes y/o servicios que llegan a la población”, explica.
De acuerdo con el documento, en 2022 se registró una reducción de 19% respecto a 2020 en el presupuesto dirigido a la educación financiera, para un total de 423 millones 922 mil 628 pesos.
Así, Banco del Bienestar explica que el diseño operativo del programa presupuestario de inclusión financiera requiere ajustes para actualizar y documentar adecuadamente los procesos, la estrategia de cobertura, criterios de elegibilidad por producto, así como por grupo poblacional diferenciado.
Al cierre del segundo trimestre de este año, el Banco del Bienestar registró una pérdida de 585 millones de pesos, afectado por menores ingresos por comisiones y un aumento en gastos.
Pendientes
En opinión del consultor independiente Jorge Sánchez, considerando la operación actual del Banco del Bienestar, que ya rebasa 2 mil sucursales y se ha enfocado en dispersar programas sociales, aún le faltan factores en su estructura como una buena administración, así como apegarse a la misma regulación que el resto de los bancos, además de contar con una estructura mucho más amplia de servicios digitales.
“En general, en México la historia nos indica que los gobiernos no son buenos administradores, y eso se ve en el Banco del Bienestar.
“Pero, al final, es un jugador más que compite con los bancos privados y ojalá los clientes puedan decidir libremente quién les da mejor servicio. No creo que deban trabajar tan de la mano de la banca privada, sólo competir y que el consumidor de servicios bancarios sea libre para escoger. Pero, hasta el momento, al Banco del Bienestar le falta mucho”, afirma.
El investigador del programa de gasto público en México Evalúa, Jorge Cano, asegura que el Banco del Bienestar ha dejado de lado su papel como jugador dentro de la banca de desarrollo en el país, lo cual fue más notable al dejar de dar crédito en 2021 ante la elevada morosidad que enfrentaba.
“Cuando era Bansefi tenía diferentes programas de inclusión financiera, con préstamos al consumo, pero también préstamos a microempresarios y a otros jugadores pequeños para que llegaran a la población de bajos recursos. Al momento de que deja de dar créditos, pierde las posibilidades de promover la inclusión financiera”.
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El organismo debe aprovechar la infraestructura física que ha desarrollado hasta la fecha, con un costo mayor a 20 mil millones de pesos, con cargo al erario: no puede estar limitado a solamente ser un dispersor de programas sociales, destaca Cano.