Ante más necesidades de financiamiento para asuntos climáticos y proyectos sostenibles, se espera que la banca eleve la provisión de recursos para esos fines.
Sin embargo, pocas instituciones de crédito aprovechan las emisiones de bonos temáticos, señaló la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).
En un estudio sobre el rol de los bonos temáticos en América Latina en la transición climática, estableció que, si bien no son pocos los casos de éxito, estos instrumentos lucen subutilizados.
Según el reporte, se considera que el crédito bancario no debe pensarse como la única fuente de recursos: los bonos sociales, verdes, sostenibles o etiquetados para ciertos fines, pueden servir para incentivar, explotar y mejorar la lucha en contra del cambio climático, por ejemplo.
De acuerdo con el estudio de Felaban, entre los bancos en la región que han emitido esa nueva clase de activos desde 2016, destaca sólo uno mexicano.
Bancolombia se convirtió en el primer banco privado de la región en emitir bonos verdes, al completar una emisión exitosa por 115 millones de dólares.
Esta emisión, fue adquirida en su totalidad por el brazo financiero para el sector privado del Banco Mundial y cuyos recursos fueron destinados a proyectos de energía renovable y construcción sostenible en Colombia.
A partir de allí, marcas latinoamericanas tales como Banco Pichincha en Ecuador, el Banco Galicia de Argentina, el brasileño Banco Itaú, el Banco de Chile, CitiBanamex en México y Banist- mo en Panamá, entre muchos otros, entraron al mercado de emisiones temáticas de manera muy activa, refirió.
Ojo vigilante
No obstante, desde Felaban se considera que el crédito bancario seguirá constituyéndose como factor clave en la región, pues en no pocos países de América Latina sus mercados de capitales tienden a ser pequeños y de sofisticación limitada.
La buena noticia, ponderó, es que los bonos temáticos son una oportunidad clave para complementar esfuerzos en el frente de finanzas climáticas.
Se trata de nuevos instrumentos para los inversionistas, dar otras alternativas de productos que generen rentabilidad para los emisores y financiamiento fresco para muchos proyectos, matizó.
Confió en que el aumento en la cantidad de emisiones, la diversidad de sectores financiados, y el mayor apetito del sector privado por estos títulos, impulsarán el dinamismo de estas inversiones en el corto y mediano plazos.
Recomendó tomar en cuenta esta oportunidad, sin descuidar el contexto propicio.
“Por supuesto, debe mantenerse un ojo vigilante en el entorno macroeconómico actual, caracterizado por su alta volatilidad y propensión a modificar algunos prospectos de emisión”, sugirió.
Felaban estableció que, si bien subsisten brechas en la financiación de proyectos ambientalmente sostenibles, es posible afirmar que el sector financiero latinoamericano cuenta con capacidad, disposición y compromiso de aportar a la transición climática en los años por venir.