La propuesta de transformar la administración tributaria para simplificar los trámites que contendrá el Paquete Económico 2022 deberá servir para mejorar la facilidad y calidad en atención, así como reducir el costo de cumplimiento ante el fisco.
Al cierre del primer semestre del año, los contribuyentes le asignaron al Servicio de Administración Tributaria (SAT) una calificación de 7.95 en la percepción en la facilidad a la hora de realizar algún trámite fiscal.
Cuando terminó el gobierno anterior, es decir, en 2018, la calificación que le dieron fue de 8.3, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En el tiempo promedio de espera con cita para ser atendido en los módulos señalaron 5.70 minutos frente a los 3.87 minutos que tardaban en 2018.
Si bien el costo para estar a mano con Lolita se ha reducido en la presente administración, sobre todo por las facilidades con el uso de medios electrónicos, sigue siendo alto, porque aún hay quienes prefieren o necesitan atención del personal del SAT.
Hace tres años, un contribuyente persona física gastaba 14 mil 268 pesos para cumplir sus obligaciones ante el fisco, hoy esa cantidad se redujo a 10 mil 357.
La cantidad incluye gastos de transporte, viáticos, copias, internet y para pagarle al contador, así como el costo del tiempo del contribuyente en un año.
Para las empresas el costo es más alto, con 44 mil 213 pesos, frente a los 53 mil 803 que desembolsaban, sobre todo en sueldos y salarios del contador u honorarios de un despacho fiscal.
Estos indicadores de calidad los obtuvo el recaudador de impuestos en encuestas telefónicas a contribuyentes del 28 de mayo y el 8 de junio de este año.
Digitalización de trámites
El SAT mide la simplificación administrativa por el número de declaraciones anuales recibidas por internet, meta que rebasó en junio pasado con un porcentaje de cumplimiento de 124.8%.
Recibió en ese periodo 62.3 millones de declaraciones a través de medios electrónicos, la mayoría anuales, con 10.8 millones.
Al 30 de junio, el universo de contribuyentes activos ante el SAT, totalizó en 79.5 millones, de los cuales 2.2 millones son empresas y el resto personas físicas con y sin actividad empresarial.