Pese a la baja de la inflación general el mes pasado, el aumento en el precio de diversos alimentos centrales en la dieta de los mexicanos sigue metiendo presión a la economía de los hogares, y no será sino hasta el próximo año que su carestía tienda a normalizarse, estiman especialistas consultados por EL UNIVERSAL.

Mientras los precios de bienes agropecuarios, producidos directamente en el campo, reportaron un alza anual de 5.0% en mayo, el alza de las mercancías alimentarias fue de 11.4%, y aunque es inferior a la tasa de 12.14% observada un mes antes, es casi el doble de 5.8% de inflación general, mostraron datos publicados ayer por el Inegi.

“La inflación de las mercancías alimentarias se ha alejado de la tasa anual máxima de 14.1% que alcanzó a fines del año pasado, pero sigue estando en niveles muy altos, por lo que es probable que sea hasta 2024 cuando podría regresar a los niveles de entre 6.0% y 6.5% que en promedio observó antes de la crisis sanitaria”, estimó James Salazar, subdirector de análisis económico de CI Banco.

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“Todas las perspectivas que hay de aquí al término de 2023, incluidas las del Banco de México (Banxico), prevén que la inflación subyacente [la parte dura del alza de precios y que incluye los alimentos procesados] sea más alta que la inflación general al cierre del año, y eso trae implícita la posibilidad de que las mercancías alimenticias recobren niveles más decentes hasta el próximo año”, coincidió Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa.

Así, aún falta un camino largo para decir que el tema inflacionario está resuelto, agregó Salazar. El hecho de que a la inflación subyacente le esté costando bajar por rubros como mercancías alimentarias es lo que le está poniendo un freno, dijo.

La desaceleración de los precios no puede ser mucho más ágil porque la estructura de los mercados en México no da para una caída abrupta, advirtió Muñiz, sino que es un proceso gradual y que toma tiempo.

Por los cielos

Entre los alimentos procesados con los mayores aumentos anuales en mayo destacaron las harinas de trigo, con alza anual de 17.52%; pan blanco, 15.90%; pasta para sopa, 15.47%; pan dulce empaquetado, 19.57%; tortillas de harina de trigo, 19.64; aceites y grasas vegetales, 12.01%; pan de caja, 13.60%; masa y harina de maíz, 14.86%, y tortilla de maíz, 11.91%.

Estos productos forman parte de la dieta de muchas familias del país, por lo que su encarecimiento es preocupante. Al primer trimestre del año, 37.7% de la población (casi 48.8 millones de personas) no tenía los ingresos suficientes para adquirir una canasta alimentaria, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

Lo que explicó el alza en alimentos fue un choque de oferta por el conflicto armado en Ucrania y, en su momento, la depreciación del tipo de cambio. Ahora que ya se diluyó la parte externa, pareciera que siguen persistiendo choques internos de demanda, a causa del alza salarial y las remesas que han crecido, explicó Muñiz.

Fuente: Inegi
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Además del aumento en los precios de los alimentos, la carestía también se refleja en los servicios de alimentos preparados fuera de casa. Los precios en loncherías, fondas, torterías y taquerías aumentaron 11.0% anual en mayo, y en los restaurantes 10.4%, ambas tasas superiores al promedio de 5% previo a la pandemia.

Lo que está haciendo el sector restaurantero y otros servicios similares de manera natural es tratar de recuperar todo ese tiempo perdido en términos inflacionarios y aprovechar las presiones de demanda con que cuentan, dijo Muñiz.

En la medida en que enfrenten una mayor demanda, este tipo de actividades van a transferir mayores precios a clientes. Para que ceda la inflación en este sector de servicios, particularmente la parte de esparcimiento, turismo, recreación y preparación de alimentos va a tomar más de tiempo, estimó.

“Mientras no cambie el tema interno de mejoras en salario y empleo podríamos pensar que esto duraría más. Aun así, hemos visto un retroceso en estos indicadores de servicios, en específico de restaurantes y loncherías, pero no al ritmo que quisiéramos”, afirmó Salazar.

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