La disminución de la inflación será más rápida en Estados Unidos debido a la distorsión y a la menor eficiencia de los mercados en México, alertó Adrián Muñiz, subdirector de análisis económico de Vector Casa de Bolsa.
En consecuencia, la normalización o reducción de la tasa de referencia por parte del Banco de México (Banxico) y la Reserva Federal (Fed) estadounidense también podría ser a otro ritmo, a diferencia de lo que ha sucedido con el alza de las tasas, que han aumentado conforme el banco central de la Unión Americana lo ha hecho, dijo el especialista.
Por segundo mes consecutivo, la inflación en el país vecino fue menor a lo esperado.
Ayer, la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos informó que el índice de precios al consumidor de noviembre mostró un aumento anual de 7.1%, tasa inferior al 7.3% estimado, y ligó cuatro meses por debajo de la reportada en México, que el mes pasado se ubicó en 7.8%.
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“En la dinámica del alza general de precios, los países incrementan su inflación de manera sincronizada ante el choque de oferta global, pero la velocidad a la que el choque se diluye depende de los mercados de cada país”, explicó Muñiz.
Por ejemplo, en el caso del mercado de las gasolinas, el precio internacional del combustible subió y en México también, pero hasta cierto nivel, porque el gobierno le aplicó un subsidio.
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Pero actualmente la cotización global va a la baja y en México sigue alta, debido a que primero el gobierno debe desaparecer todo el subsidio complementario, empezar a cobrar Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y posteriormente bajará el precio.
El especialista consideró que primero tendrían que registrarse mucho menores precios del petróleo para poder empezar a ver bajas más significativas en las gasolinas.
“Este es un ejemplo de un mercado distorsionado porque está intervenido por el gobierno, que no deja que los precios se ajusten por condiciones de mercado”, afirmó.
“Cualitativamente, si pudiéramos decir que a nivel global estamos viendo un alivio de las presiones inflacionarias, de los choques de oferta, eso siempre está muy bien. Sin embargo, vamos a ver cuánto tiempo se tarda en trasladarse esa baja a nivel local”, expresó.
El índice de precios al productor ya lleva siete meses disminuyendo a tasa anual, pero no se ha traducido en una baja sustancial en los precios al consumidor. Lo anterior se debe a que el traslado que hay del productor al consumidor depende de los mercados, y en México no son tan eficientes, destacó Muñiz.
Sobre la posibilidad de que México siga enganchado a la política monetaria de Estados Unidos en este contexto de inflación a la baja, el especialista consideró que, de consolidarse la tendencia, el primer paso será la reducción de los ajustes a la tasa de referencia, de 75 a sólo 50 puntos base, como se espera que mañana anuncie la Fed.
El siguiente paso será en qué momento es adecuado que la tasa deje de subir, y después cuándo se puede comenzar a discutir que puede bajar, estimó Muñiz.
Sin embargo, la baja en la tasa de referencia en México deberá ser menos rápida de que en la Unión Americana, pues relajarla de manera excesiva antes de tiempo implica el riesgo de que la inflación se arraigue.
Todo va a depender de cómo se comporte la inflación subyacente, la parte más inflexible del alza de precios, recalcó.
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