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Tras la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) el 1 de julio pasado, los empleos en la industria manufacturera del país lograron el más grande repunte de la última década gracias a la mayor fabricación de autopartes y aparatos eléctricos.
El personal ocupado del sector manufacturero se incrementó 0.9% en julio con relación a junio de este año, siendo la mayor alza desde julio de 2010, cuando el personal se elevó 1.1%.
Las manufacturas dieron empleo a 4 millones 180 mil personas en julio, 42 mil más que en junio, de acuerdo con la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera (EMIM) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Casi la mitad del repunte estuvo relacionado con la fabricación de partes para vehículos automotores, cuyo personal aumentó de 785 mil a 804 mil.
Las plantas de equipo de generación y distribución de energía eléctrica también elevaron su personal de 65 mil a casi 68 mil, mientras que las fábricas que producen aparatos de línea blanca lo incrementaron de 55 mil a 57 mil trabajadores.
Tras disminuir desde mediados del año pasado y tocar fondo en abril y mayo, el personal ocupado en las manufacturas se recuperó de manera más robusta en julio, cuando entró en vigor el T-MEC. Sin embargo, el empleo se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia.
En particular, las fábricas de prendas de vestir continúan despidiendo trabajadores, cuya nómina pasó de 130 mil a menos de 128 mil plazas, en tanto que las empresas que producen telas, insumos textiles y acabados redujeron su personal en más de mil trabajadores en julio.
La industria cayó en recesión desde antes de la aparición del Covid, situación que empeoró con el problema de salud pública y sus implicaciones sobre las manufacturas globales: hasta julio, los ciclos y tendencias de los principales componentes de la industria tienen tendencia negativa, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Así, el único mecanismo que puede asegurar una reactivación es la implementación de un programa integral de desarrollo industrial. Los cambios que ocurren a nivel mundial y los que ya se pueden vislumbrar no se podrán enfrentar con medidas aisladas o que sólo atiendan la urgencia de flujos que las empresas mexicanas tienen en la coyuntura.
Durante julio, las horas trabajadas en las manufacturas aumentaron 7.4%, tres veces más que los sueldos, salarios y prestaciones sociales, los cuales subieron 2.4% al eliminar la inflación y estacionalidad.
La capacidad de planta utilizada en la industria manufacturera fue de 72.9%, todavía por debajo del 82.6% del año pasado, de acuerdo con la EMIM.
De la Cruz aseguró que existen cinco oleadas de nuevas modificaciones que se han gestado a escala mundial, sobre las cuales México no tiene control, como la continuidad del proteccionismo en Estados Unidos, la ventaja que China ha tomado en su disputa geopolítica y geoeconómica con la Unión Americana, así como el fin de la Industria 4.0 y el paso a la quinta revolución industrial.