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Uno de los retos que habrán de superar los países para cobrar los impuestos digitales, será establecer mecanismos sencillos, consideró el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Un sistema electrónico simplificado que permita registrarse, pagar y declarar en línea como el de Australia , podría ser un ejemplo a seguir, consideró.
De lo contrario, se tendrá una pérdida recaudatoria importante generada por la economía digital que actualmente representa el 15.5% del producto interno bruto (PIB) mundial, advirtió.
Además, el no aplicar el IVA y el impuesto sobre la renta ( ISR ) a estas operaciones implica un piso disparejo para los competidores nacionales frente a los extranjeros , apuntó.
En el reporte “Experiencias internacionales en la tributación de la economía digital” se establece que el no establecer procedimientos factibles y simples de recaudación, puede significar pérdidas cada vez más importantes de ingresos tributarios para los países.
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Pero además de la pérdida de recaudación, la no aplicación de IVA a estas operaciones implica una desventaja competitiva importante para los proveedores internos de los mismos servicios e intangibles, quienes están obligados a pagar el IVA por su venta a los clientes residentes, mientras que los proveedores extranjeros pueden estructurar sus actividades con el fin de no aplicar el impuesto.
Se señala que la economía digital global incluye actividades como el comercio electrónico, la economía compartida, el intercambio de criptomonedas, juegos de azar y actividades en redes sociales.
Todas estas actividades se han expandido de manera exponencial desde principios de la década del año 2000, con un crecimiento de 2.5 veces más rápido que la economía global entre el 2000 y 2016.
¿CÓMO LE HIZO AUSTRALIA?
Bajo las directrices dictadas por la OCDE para el IVA, Australia comenzó a gravar con el impuesto al valor agregado las importaciones de servicios y productos digitales.
Para ello, en 2016 realizó una reforma a la Ley del Impuesto sobre Bienes y Servicios de 1999, para garantizar que el tributo se aplicara de manera consistente a todas las importaciones de productos digitales y otros servicios realizados por los consumidores australianos.
La normativa obligó a las empresas extranjeras prestadoras de dichos servicios a inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes y a declarar y pagar el IVA.
Se incluye como servicios digitales al suministro de contenido digital como libros electrónicos, películas, programas de televisión, música y suscripciones a periódicos en línea.
También, suministros en línea de juegos, aplicaciones, software y mantenimiento de software, seminarios web o cursos de aprendizaje a distancia, servicios de seguros, citas en línea, reserva para eventos, alojamiento en hotel o eventos deportivos, diseño de sitios web o servicios de publicación, servicios de asociaciones profesionales o cuotas de membresía.