Veracruz, Ver.— La Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, instalación de producción eléctrica basada en energía de fisión nuclear, única en México, registró un total de 16 paros técnicos en el sexenio anterior. Sin embargo, los motivos de esas interrupciones se desconocen, debido a que fueron declarados como “reservados”.
El paro técnico es un mecanismo o actuación de los sistemas de control que operan y paran la operación de la planta cuando ocurre cualquier hecho que rebasa los límites de operación de la central, la cual ha generado a lo largo de más de 30 años alrededor de 5% de la electricidad en México, con factores de planta en torno a 85%.
En los primeros tres años del sexenio anterior se redujo la incidencia de paros técnicos en Laguna Verde, pasando de cuatro en 2019 a dos en 2021, de acuerdo con informes de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS), obtenidos vía transparencia.
Sin embargo, en los últimos años se observó un repunte, con tres casos en 2023, y cinco durante el año en curso.
Además, la información revela que desde 1998, cuando entró en operaciones la planta, hasta diciembre del año pasado, se mantienen almacenados aproximadamente 4 millones 499 mil toneladas de desechos radiactivos, desde sólidos húmedos, secos y mixtos hasta combustible nuclear gastado.
Para el especialista en energía nuclear, Juan Eibenschutz Hartman, la central se encuentra dentro de los parámetros normales de instalaciones similares, tanto en paros técnicos como en almacenamiento de desechos radiactivos.
“Acaba de autorizarse su operación por 30 años más y diría que está operando al nivel que tienen todas las plantas nucleares del mundo. A diferencia de otras fuentes energéticas, las nucleares están sujetas a reglamentación muy estricta”, dijo manifestó el también exdirector general de la CNSNS.
Información reservada
Las aguas del Golfo de México son testigo de la operación de la nucleoeléctrica que cuenta con dos unidades generadoras de energía suficiente para abastecer anualmente a Veracruz y Tlaxcala, o 6.8 millones de habitantes en promedio.
La central de la CFE, ubicada en la localidad de Punta Limón, municipio de Alto Lucero, Veracruz, está rodeada de vegetación y cerca de una docena de pueblos ribereños.
A detalle, la planta registró 16 paros técnicos en el sexenio anterior: cuatro en 2019, uno en 2020, dos en 2021, uno en 2022, tres en 2023 y cinco en 2024.
Lee también Nihon Hidankyo: la lucha por el desarme nuclear. Nobel de la Paz 2024
Los motivos fueron clasificado como “información reservada” por un periodo de cinco años, al argumentar que revelarlos se consideraría “una amenaza a la seguridad nacional” y riesgos del “tráfico ilegal de materiales nucleares y radioactivos”, o incluso para causar daños.
La CNSNS citó como ejemplo para no revelar los motivos el accidente nuclear ocurrido en Fukushima, Japón, en 2011, provocado por un tsunami que sobrepasó el rompeolas de la planta, dañó los reactores y emitió contaminación radiológica.
“Representa un riesgo real (dar a conocer los informes) en virtud de que, como se ha documentado, el accidente en Fukushima en 2011 devela que una central nuclear existe un conjunto de sistemas cuya falla coincidente puede llegar a producir el colapso del reactor con la afectación de las estructuras de contención y la inevitable liberación de material radiactivo al ambiente”, señaló el organismo.
Además, recordó otro incidente en un reactor en Bélgica en 2014, el cual presentó unas microfisuras detectadas en la vasija de acero.
Lee también Google firma acuerdo de energía nuclear con startup Kairos; reactores funcionarán hasta 2035
En resumen, determinó que revelar los informes representa un riesgo demostrable de seguridad radiológica, nuclear, física y de las salvaguardias, así como un posible deterioro de los mecanismos preventivos y disuasivos ante las amenazas de seguridad nuclear.
Eibenschutz Hartman, ingeniero nuclear por el Institut National des Sciences et Techniques Nucléaires de Saclay, Francia, recordó que la energía nuclear, por sus orígenes bélicos, está sujeta a controles internacionales que no existen en ningún otro tipo de tecnología, y la reglamentación de seguridad es muy estricta y detallada. Por ende, dijo, Laguna Verde opera adecuadamente.
“El miedo que se tiene a las plantas nucleares y el temor a la radiación y sus efectos es perfectamente lógico y entendible, porque la primera aplicación conocida de la energía nuclear fue la bomba”, comentó.
Desechos peligrosos
Al interior de la central, los informes oficiales reportan almacenes temporales, depósitos de desechos y centros de acopio de desechos radiactivos, que desde 1998 a diciembre de 2023 acumulaban 4 millones 599 mil 196 toneladas
Se trata de un estimado, tomando en cuenta una aproximación de las densidades de los desechos efectuada por un ingeniero externo, de más de 11 mil tambores de 200 litros.
Se mantienen 2 millones 164 mil kilos de desechos radiactivos sólidos húmedos y un millón 564 kilogramos de desechos sólidos secos, ambos producto de la operación y mantenimiento de la planta.
Se contabiliza un volumen anual de desechos mixtos, generados por las actividades de lubricación, mantenimiento y descontaminación a los equipos y sistemas, de 11 mil kilos. Se trata de aceites, grasas, solventes y trapos radiológicamente contaminados.
Lee también Irán dispuesto a reanudar negociaciones sobre programa nuclear, afirma jefe del OIEA
Además, suman poco más de 200 mil toneladas de combustible nuclear gastado en los dos reactores; el desecho se encuentra en dos albercas de Combustible Gastado y en una instalación de almacenamiento de combustible seco. Por su densidad, en un metro cúbico caben hasta 19 toneladas.
“Los protocolos o las reglas del juego para las plantas nucleares en el manejo y administración de los residuos nucleares son parte del sistema, cosa que no ocurre con las plantas que queman petróleo o gas natural y, hasta cierto punto, el carbón”, explicó Eibenschutz Hartman, quien ha participado en actividades nucleoeléctricas de México desde 1965 y ocupado diferentes cargos.
La mayoría de los residuos radiactivos que están almacenados en la central son de vida media-corta, agregó, es decir de un aproximado de 200 años que deben estar perfectamente almacenados. Del otro lado se encuentra un bajo número de combustible nuclear que debe permanecer almacenado por cientos de miles de años.
“Lo más importante es que los materiales radiactivos de larga duración como resultado de la propia reacción de fisión son cantidades mucho menores por unidad de energía producida que las que se producen por las centrales convencionales, incluso las de gas”, manifestó.
Lee también Cumbre nuclear: 37 países se comprometen a desplegar centrales para reducir CO2
Tecnología clave
El especialista describió que una reacción nuclear de fisión produce más de 2 millones de veces la energía producida por una reacción de combustión, lo que explica la enorme diferencia entre la producción de desechos en una nucleoeléctrica y la cantidad de residuos de la combustión en una termoeléctrica de carbón, combustóleo o gas natural.
Es más, expuso, todos los residuos nucleares se mantienen confinados, mientras los residuos de la combustión ingresan al ambiente.
El experto señaló que hay procedimientos científicamente validados para convertir los desechos de uranio en materiales estables, a través de irradiarlos en fuentes de neutrones o inclusive con partículas de aceleradores, pero esos procedimientos son demasiado caros “y no valen la pena, porque la cantidad de residuos es muy pequeña”.
En tanto, y ante el volumen de desechos radioactivos, en 2022 la Coordinación Corporativa Nuclear, a través de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, presentó un proyecto en materia de impacto ambiental denominado Ampliación al almacén temporal del sitio para Desechos Húmedos y almacén del proyecto Aumento de Potencia Extendida.
Eibenschutz Hartman manifestó que sí es imprescindible que la CFE y la administración federal mantengan el suministro de recursos y a personal altamente calificado para garantizar la correcta y segura operación de Laguna Verde.